Sicas

    18 feb 2024 / 09:41 H.
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    Durante años este poema presidió la entrada de “El Bodegón”. Las rimas consonantes serán “adas”, palabra principal va a ser “espadas”, los versos de once sílabas contadas, la décima y la sexta resaltadas. Se llama: Sicas, navajas y espadas. Sicas, Navajas y Espadas. Ocultas en refajos. Oxidadas por ausencias y desgracias provocadas por finas cicatrices no curadas. Por odios y rencores enfrentadas. ¡Malviven las navajas olvidadas! De manchas de granate mal limpiadas, memoria de las vidas arrancadas. Agónicas, podridas y cerradas. A miles de miserias marginadas. ¡Aún viven las navajas olvidadas! ¿Habremos de volver a las espadas? Navajas altaneras afiladas en las piedras, sagradas y talladas a fuerza de martillo y dentelladas. ¡Malditas las navajas olvidadas! ¡Oh sicas convertidas en espadas por piedras que a los templos fueron dadas! ¡Oh templo de las piedras traicionadas en forma de ataúdes recortadas! Al roce de las sicas afiladas. Y al canto de las lenguas desdobladas. Cruzaron, sin vergüenza, tus portadas. Navajas que quisieron ser espadas ¡oh piedras, navajas, sicas y espadas! ¡Al filo de un poema!... sois llamadas ¡A ser rimas de versos!... destinadas. ¡A ser puntas de plumas!... delicadas. Y en lágrimas azules empapadas escribir, en oscuras madrugadas, en busca de las Lunas masacradas. Y entonces, por mis manos empuñadas, jamás volváis de nuevo a ser manchadas, de sangres, ni de vidas derramadas.

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