Un oscuro caudal

Hasta hace no mucho tiempo era casi impensable hablar con naturalidad y justicia social de aquellas personas que sufren trastornos psicológicos emocionales, por entonces todos los pacientes con problemas de salud mental fueron tratados siempre desde un punto de vista erróneo y más que un remedio para sanar o mejorarles la vida, aquello era quitarlos de en medio internándolos en frenopáticos donde terapias y medicación agresivas empeoraban al enfermo. Aunque todavía insuficiente, para bien han cambiado los modos y las formas de luchar contra estos problemas de salud tan graves: investigaciones médicas, tratamientos y medicación son hoy mucho más eficaces, y también la gente por fin ha tomado conciencia y parte visibilizando con sinceridad estas dolencias tan extendidas y tan seriamente importantes. Experiencias personales, valores culturales, intereses económicos, interacción social y laboral, depresión, ansiedad, son todo un batido de sentimientos y situaciones que aumentan el estrés y la incertidumbre en una sociedad que da más valor a otros factores, y que tristemente empeora por momentos su destino trastornando el bienestar emocional del individuo.