Ruido
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No me entusiasma llevar la razón, esa historia de que otra persona venga con la suya, la exponga y yo, solo hablando, se la desbarate. Digo más: prefiero que otro cargue con ella y que sea la mía la que se rompa. Porque razones de cristal, de las que terminan haciéndose añicos en cuanto las roza la aplastante —a pesar de las horas, los meses o incluso los años que uno les haya dedicado—, hay muchas,...
DIARIO JAÉN PURO ZUMO
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