Primar la falta de control
A veces se puede primar la falta de control en la gestión de los ingresos y de los gastos. Aunque no es mi caso, supongamos que tengo cinco hijos y que dos de ellos incurren en deudas a las que no pueden hacer frente, mientras que los tres restantes ajustan sus ingresos y gastos; además, uno de ellos ahorra y genera recursos adicionales. Si en un momento determinado perdono a los más gastosos la deuda que tienen conmigo e, incluso, les financio para liquidar la que han adquirido con terceros, resulta evidente que estaré primando a los más derrochadores en detrimento de los más ahorradores y responsables en el gasto. Creo que estarán de acuerdo conmigo en que si este es mi proceder no seré un buen padre. Otra cuestión es que me deba de plantear si el dinero que les doy a cada uno de ellos es el adecuado según su edad y necesidades o, por el contrario, debo modificar el sistema y la cuantía de las asignaciones semanales o mensuales a mis descendientes. Todavía les diré algo más sobre este ejemplo. No crean que las deudas que les condono o la financiación adicional que les presto es un acto altruista mío y que será soportado exclusivamente por mí y por mi esposa, sino que también será costeado por sus hermanos, ya que se verá reducida la masa patrimonial susceptible de donación “inter vivos” o de transmisión “mortis causa” por herencia. En suma, que habré sido un mero “trilero”, puesto que la rebaja de la deuda de unos la habré traspasado al conjunto familiar.
Sí, están en lo cierto, el ejemplo es una excusa para traer a colación el reiterado y denostado tema de la condonación de la deuda autonómica. En efecto, se trata de los 83.254 millones de euros que el Gobierno de España propone condonar al conjunto de las Comunidades Autónomas (CC AA), con la excepción del País Vasco y de Navarra, que tienen un régimen de financiación especial. La cifra total viene del sobreendeudamiento de las comunidades a partir de la Gran Recesión de 2008 y su financiación a través del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA).
Los 83.254 millones se reparten en función del criterio de “población ajustada”, que tiene en cuenta el número de habitantes de cada CC AA, pero lo corrige con factores demográficos, como el envejecimiento o el número de menores en edad escolar, y geográficos, tales como la dispersión de la población. El reparto inicial así obtenido se modifica con criterios tales como la infrafinanciación que sufren algunos territorios, o premiando el esfuerzo fiscal realizado por algunas regiones al subir el IRPF entre 2010 y 2022. Me permitirán que no entre en detalles técnicos, que no corresponden a esta columna, pero sí les diré que el resultado final es que la condonación beneficia a Andalucía en 18.791 millones de euros, a Cataluña en 17.104, Comunidad Valenciana 11.210, Madrid 8.644, etcétera. La quita por habitante va desde los 2.285 euros de Valencia y de Andalucía, hasta los 1.369 de Asturias, Galicia, Madrid o La Rioja.
Es verdad que se rebaja la deuda de estas CC AA, pero lo que se hace es traspasarla al conjunto de los ciudadanos españoles. Son muchos los analistas de prestigio que se han mostrado contrarios a esta solución, desde Fedea o la AIReF, hasta Moody’s y S&P. Todos ellos coinciden en que la solución no es otra que abordar sin más dilaciones la reforma/revisión del sistema de financiación de las comunidades autónomas, que lleva pendiente de ser afrontada desde 2014, sin que se haya dado un paso decisivo en esa dirección, ni por el anterior gobierno de Rajoy ni por el actual de Sánchez.
Al margen de connotaciones políticas, y aunque a nadie le “amarga un dulce”, hay que dejarse de “marear la perdiz” con “financiaciones singulares” o “condonaciones de deuda” y “coger el toro por los cuernos” en el tema de la reforma del sistema de financiación autonómico vigente. No, la solución no pasa por abrir una consulta pública sobre la condonación, entre los días 15 y 30 de mayo de 2025, tal y como se ha propuesto hacer el gobierno. No preguntaré a mis hijos sobre el perdón de la deuda, lo haré sobre el sistema más justo para financiar sus gastos.