Por la Universidad del futuro

30 abr 2023 / 09:00 H.
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Esta noche Joaquín Sabina inicia en España su gira “contra todo pronóstico” en su ciudad natal, Úbeda, donde deleitará a un
público entregado con letras tan oportunas como la de ¿quién me ha robado el mes de abril?, convertida para muchos jiennenses en un himno nostálgico por el perdido mes de las aguas mil. La sequía es uno de los problemas más importantes de este siglo que ataca el núcleo de la economía de nuestra provincia. La ausencia de lluvias está provocando la imposibilidad de producción
en muchas explotaciones agrícolas y
ganaderas. Cuando aún nos cuesta
reponernos a la depresión inmobiliaria, a la pandemia o a la guerra de Ucrania nos enfrentamos ahora a la crisis del agua. Replantear nuestros cultivos de
regadío a secanos es una medida absolutamente inviable pues supondría una reestructuración a la que llegamos
muy tarde. Las soluciones pasan por
favorecer la implantación de avances tecnológicos que permitan aprovechar este recurso escaso, llegar a acuerdos con territorios de la España húmeda y buscar cómo conjugar economía y ecología. No se trata de salvar un par de campañas bajando los módulos de IRPF, ni instalar una desaladora en la costa. En Jaén nos estamos jugando nuestro modo de vida, y esto va mucho más allá del sector del aceite.

No quisiéramos que Jaén fuera la posada del fracaso, aquella estación de tren abandonada, o el bulevar de los sueños rotos al que canta el poeta. Esta semana el Congreso ha dado luz verde al proyecto de la Ley por el Derecho a la Vivienda que pretende favorecer el acceso a un hogar a precios asequibles y combatir la especulación inmobiliaria. La norma interviene en las denominadas zonas tensionadas estableciendo medidas para impedir incrementos abusivos en el precio del alquiler. Para aliviar estas zonas tensionadas carga directamente contra el propietario calificándolo de gran tenedor a aquel que posea más de cinco viviendas. Me pregunto, ¿a nadie se le ha ocurrido que podríamos aliviar esas zonas tensionadas procurando un reparto de la población en aquellas zonas menos habitadas? Tan dañina es la concentración de la población en las grandes urbes, como la especulación. ¿Por qué atacar a propietarios de viviendas urbanas cuando se podrían establecer medidas para atraer empresas a las zonas rurales y menos habitadas? La nueva ley permite a los ayuntamientos imponer recargos del 100% en el IBI de viviendas desocupadas, en vez de establecer exoneraciones de este tributo en muchas viviendas habitadas, por ejemplo, de la provincia de Jaén. Las propias administraciones públicas estatales, autonómicas e incluso provinciales deberían preocuparse por favorecer el acceso de la población a la vivienda como pretende esta ley, y lo tendrían muy fácil si se olvidaran de la concentración de sus centros administrativos en las capitales. Madrid, Barcelona, Sevilla y Málaga, zonas tensionadas, se aliviarían trasladando sus centros de trabajo administrativos a otras ciudades, a otras comarcas, a otros pueblos.

O nos tomamos en serio el desarrollo territorial como la verdadera política transversal a todas las leyes, o en muchas zonas de esta España nos sentiremos, como dice Sabina, “como un torero al otro lado del telón de acero”.

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