“Platero y yo” está en mis manos

    04 may 2024 / 09:23 H.
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    Leer un libro cada día sería lo ideal, pero no es así. Lo hacemos de higos a brevas, una praxis que nos aborrega, porque estos rumiantes solo saben el beee del abecedario. Regalar un libro es una forma inteligente de hacer amigos para toda la vida, no para un mes, y si te vi, ya no me acuerdo. Este libro que mis lectores no pueden ver, tiene la virtud de acompañarme allá donde dirijo mis pasos, aunque últimamente y debido a una ciática, o sea, la rebelión de los nervios lumbares, que son molestosos y otras pejigueras, con marchamo patológico solo llevadero gracias al paracetamol y otros medicamentos. Este gran libro se llama “Platero y yo”, la obra culmen del Nobel Juan Ramón Jiménez, el moguerense que ha dado la vuelta al mundo, no en globo ni submarino sino a través de sus hermosas páginas. Este libro lo escribió tras la muerte de su padre. A través de sus páginas alineadas en breves e interesantes capítulos, nos devuelve la alegría y nos divertimos como inocentes niños que salen del colegio, pisando todos los charcos de la lluvia recién caída, hasta llegar a su casa. Platero no es un animal que se ve hoy y se olvida mañana. Es el principal protagonista de sus andanzas y trotes por los alrededores de Moguer, un pueblo marinero de Huelva que se ha hermanado, para siempre, en mi corazón.

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