Pico y pala

El Rubiales y Jenni. La Jenni y Rubiales. Qué nos gusta el pan y circo, pueblo. España subastándose al mejor (im)postor. Los precios disparados, y al macro economista de despacho le invito (pero que pague él) a que se venga conmigo al súper. Gesto cotidiano que a algunos nos relajaba y ahora nos manda al psicólogo cargaditos de ansiedad. O, a no ser que tenga un eléctrico subvencionado (de cartel, la realidad de los ¿fondos europeos? que anunciábamos con bombo y mascarilla, van por año y medio...), le insto (no recomiendo que no soy tan mala persona) a que vaya a repostar. Yo suelo hacerlo con las manos arriba y leyéndome mis derechos. Pero ahora llega el déspota y machirulo y le pega un pico, preparando la pala, y después nos acordamos que somos feministas progres anti fachas. Y que una persona, en plena celebración, coja a otra y se den un besito es una barbarie. No que se toque sus pelotas delante de la Infanta. Y la Reina. El beso en sí, como no es un prime time, ni una Anabel Alonso, Wyoming o Casillas, es un escándalo. Da igual que (presuntamente) te vayas de viajes y amiguitas con dinero público, coloques amigos a dedo o te lleves mordidas con Piqué. Si eres del clan soe todo va bien. Ahora. No te des un beso con la flaca. Que darías lo que fuera.