Palmeros y flamenco

    14 nov 2025 / 08:27 H.
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    Eran imprescindibles en los tablaos flamencos, Peret los llevaba y todos los de las rumbas, en las sevillanas marcan el compás de los danzantes y es hasta un arte saberlas acompasar o doblar... Nos reímos cuando los guiris baten palmas, porque en general lo hacen desmadejadamente. Se conceden aplausos por diversos motivos no siempre justificados, pero en teatro y ópera fuerzan a un bis con su insistencia. Hay sin embargo palmeros de oficio (no los de lo anterior) que están ahí por su mera función de aplaudir a sus jefes o líderes venga o no venga ocasión de ello (y generalmente no tendrían razón de ser) pero sienten la necesidad de aplaudirles hagan lo que hagan o digan lo que digan. También es cierto que obedecen las instrucciones que se les dan, pues meramente existen para aplaudir lo que se les indique y esa es su función primordial, por eso cobran. Hay palmeros de primera y los que quieren serlo y hacen méritos, palmean, jalean, ríen gracietas insulsas o miserables con tal de progresar en el meritoriaje. Incluso los hay porque creen deben serlo, sin más. Sus aplausos nos resuenan día a día.

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