Palizas televisivas

30 dic 2019 / 08:43 H.
Ver comentarios

La salud se portó bien conmigo. Se hizo un poco más fuerte y me permitió vivir una cena de Navidad tranquilo y feliz con mi familia, en mi casa. Disfruté viendo comer a los míos mientras yo picaba muy poquitas cosas con moderación. La cena no lo es todo porque lo importante es el amor que rodea la mesa. Unos bocados o unos tragos de menos no impiden el gozo de vivir una nochebuena feliz. Incluso aguanté para participar en el bingo familiar, a 20 céntimos el cartón, lo que no impide que el que pierde un par de euros se mosquee. A nadie le gusta perder aunque el que gane sea su padre. Esto de jugar al bingo dos veces al año gusta, entretiene, emociona, decepciona y sirve muy especialmente para evitar que tengamos que soportar los programas que ofrecen las televisiones, al menos al que mis hijas se conectaron, una paliza musical con más ruido que nueces. No es que le prestara demasiada atención porque el cantante que acaparó la noche no es de mis favoritos. Quizás si, entre canción y baile, baile y canción, hubiesen intercalado unas pinceladas de humor, hubiese sido no solo un descanso para los oídos sino un bálsamo para el espíritu. Es verdad que en estos tiempos, quizás cuando más falta hacen, no abundan los grandes humoristas mientras proliferan los contadores de chistes con más o menos gracia y personalidad. Los hay, pero no como en otras generaciones en que hubo humoristas que llegaron a ser auténticas estrellas capaces de mantener con éxito un programa, ellos solos o formando pareja, como lo hicieron Tony Leblanc, Miguel Gila y Tip y Coll durante años. Después surgieron, para mí un poco a la baja aunque buenos también, Juanito Navarro y Simón Cabido, Martes y 13 y los Morancos. La aparición de Faemino y Cansado fue impactante aunque su trayectoria juntos fue muy corta, aún así tuve tiempo de conocerles personalmente aquí, en el teatro Darymelia, gracias a mi inolvidable amigo Antero Guardia. También el Dúo Sacapuntas aprovechó su lanzamiento en “Un, dos, tres” para ponerse en órbita y alcanzar éxito, hasta la muerte de uno de ellos, Juan Rosa. De los últimos en aparecer fueron Cruz y Raya que tras varios años se separaron y nos quedó uno de ellos, José Mota, el único que en la actualidad se atreve a ocupar un programa completo e incluso una serie. Pero a mí no me llega demasiado. Es mi opinión.

Articulistas