“One” Trump for Jaén

    09 nov 2020 / 16:00 H.
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    Estoy convencido de que la mayoría de los jienenses han seguido el recuento de votos en Pensilvania y Georgia con tanto o más interés que los comicios que dan a nuestros representantes en el parlamento de la Unión Europea, y eso que los designados para Bruselas son los que nos defienden en el tablero geopolítico mundial. La política económica que Donald Trump ha llevado a cabo en estos cuatro años ha sido especialmente perjudicial para los intereses de nuestra economía. La implantación de aranceles a productos agroalimentarios de España como rabieta por los incentivos de la Unión Europea a la compañía Airbus frente a la americana Boeing, han traído unas consecuencias amargas, principalmente para nuestro aceite de oliva. La guerra entre las compañías aéreas ha perjudicado a consumidores y, sobre todo, al sector agrícola. La conquista del mercado americano por parte de las empresas españolas se ha topado con el muro de Trump, y los italianos han sacado partida posicionando su aceite de oliva en las estanterías del mayor supermercado del mundo. El movimiento proteccionista de Trump pone en jaque a la propia Unión Europea que muestra debilidad al tener que acatar en la OMC una medida perjudicial para algún estado miembro y excelente para otro, optando por la inacción para evitar males mayores. Lo cierto es que el lema “American First” ha dado unos frutos espectaculares en lo que a su economía se refiere, de ahí que el resultado electoral haya sido positivo a pesar de lo caótico de su mandato. El proteccionismo de Trump ha conseguido crecimiento, una caída del paro a un 3,7% —lo que se traduce prácticamente en pleno empleo— y, sobre todo, aumento de los salarios, principalmente de la clase media que ha llegado a 61.372 dólares año. Lo malo es que el proteccionismo, a largo plazo, no protege, con lo que el mundo ganará con un, esperemos, pacífico Biden. Aunque parezca descabellado por lo peculiar de su figura, muchos jienenses querríamos un Donald Trump para la economía de nuestra provincia. Un tipo que se dejara la piel por generar empleo y riqueza, aunque fuera a base de políticas proteccionistas. Se habría enfrentado a la entrada de aceite procedente del norte de África como si de una invasión se tratara, habría luchado en la Unión Europea por competir en igualdad de condiciones con Italia, habría bajado los impuestos y, seguro, habría atraído fuertes inversiones que habrían creado ese empleo tan necesitado. Pareciendo disparatada la idea, la protección de nuestra economía como política de estímulo es lo que se reclama desde diferentes colectivos. La plataforma “Jaén Merece Más” logró aprobar una moción en el pleno del Ayuntamiento de Jaén para solicitar la Zona de Acción Especial y Zona Franca a los polígonos industriales de la capital. Esta idea no es nada descabellada y supondría un importante atractivo para inversiones estando plenamente justificada por el excesivo nivel de desempleo y la amenaza de despoblación que sufre nuestra economía. Zaragoza como zona franca o Canarias, Ceuta y Melilla, como Zona de Actuación Especial gozan de bonificaciones en seguridad social y deducciones por inversiones que la hacen especialmente atractivas. En todo caso, la situación a corto plazo por la covid-19 genera una incertidumbre a nivel global que dificulta la actuación local. En un principio, las previsiones apuntaban un batacazo de la economía en 2020 y un importante repunte en 2021, pero nadie puede pronosticar qué pasará el año que viene. Tan solo China ha conseguido una recuperación en “V” y ya ejecuta su plan “Riqueza y Poder”. Ante la dolencia económica del coronavirus la medicina está ya inventada y consiste en políticas expansivas con inyección de liquidez a base de deuda pública. Pero esta receta puede tener efectos secundarios perniciosos en tratamientos prolongados, sobre todo en países muy endeudados y con población envejecida. Si no conseguimos una pronta solución sanitaria nos vemos en lo que se denomina “efecto acantilado” que consiste en retirar estímulos sin haber logrado recuperar la actividad provocando una abrupta caída. Es lo que puede pasar en breve si los ERTE nos se adaptan a la realidad que padecen las empresas.

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