Normalizar lo que no es normal

Lo han conseguido. Creo que todos son un poco culpables. Y digo son, y no somos, porque los ciudadanos no tenemos culpa alguna de esta polarización y radicalización en la que estamos inmersos. Si ves a Broncano, a Motos, si te gusta la música de Nacho Cano, Ana Belén, Sabina, José Manuel Soto, Bertín Osborne o Mario Vaquerizo, ya estás etiquetado de por vida, criticado en redes sociales y tildado de manera peyorativa de “rojo” o “facha”. Muy atrás queda esa época en la que podías manifestar tu admiración por artistas de cualquier ideología, simplemente porque lo que expresaban te gustaba. Hoy, ya se andará con cuidado el Alcalde de un partido determinado de contratar a alguno de los cantantes no afines a sus siglas. Recuerdo en los primeros años de democracia, como personas adultas de mi entorno, unas franquistas y otras antifranquistas, conversaban amigablemente de temas políticos sin descalificaciones ni insultos. Hoy la gente utiliza todas sus armas para escupir todo ese odio que nos han ido metiendo hacia el que piensa de manera distinta. Lo peligroso, es que los jóvenes de hoy, están normalizando esta situación creada por políticos, con el consiguiente peligro que conlleva el que esta absurda polarización la vean como algo natural.