Nadie

Andrés Ortiz Tafur

09 dic 2019 / 11:38 H.
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Ya nadie se conforma con ser nadie, con tener amigos que son mucho, todo en realidad, pero nadie; con dedicarse simplemente a alisar paredes o a alicatar cuartos de baño y ya, sin más tarea artística, ni misticismo, ni bohemia, ni chorras en vinagre. Por lo que sea, ahora precisamos ser otra cosa distinta a la que somos; no parecerlo, ojalá el asunto se quedara ahí, en fingir, pese al esfuerzo titánico que requiere sostener semejante embuste en el tiempo. Por alguna razón que se nos escapa y que el día que la atrapemos nos va a hacer trizas, hoy necesitamos ser sensibles de verdad, buenas personas de verdad, de convicciones firmes de verdad, nobles de verdad, inquietos culturalmente de verdad, generosos de verdad, solidarios de verdad, comprometidos de verdad, sin dobleces de verdad; y qué va, fracasamos, claro, porque nos quedamos en lo que de veras somos: personas normales que alicatan cuartos de baño o devuelven la vida a electrodomésticos rotos o enseñan la tabla del seis a la chavalería de un colegio, esos maravillosos nadie que antes de las redes sociales y demás pamplinas conformaban todo lo que requería el mundo para continuar girando. Qué cosas.

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