Muertos mal enterrados

    18 mar 2024 / 09:10 H.
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    España, presunta unidad indivisible, fue vilipendiada y ultrajada a lo largo de su vasta historia: celtas, griegos, romanos, bávaros, musulmanes, y hasta los franceses, siglos antes de Mbappé. Es en la actualidad cuando hemos sufrido los ataques más devastadores y crueles. ETA, representada en la actualidad por los socios de Sánchez, derramó sangre inocente sin compasión, en pos de una independencia vasca ahora más barata y sencilla. Tras ellos, el 11-M. El día de la ignominia nacional. De la sangre inocente derramada en la vía del tren, de gente sencilla. Humilde. Trabajadora. Sin coches ni taxis. El día de la solidaridad del español de a pie, de pecho alto y cabeza firme; sanitarios, taxistas, policías, vecinos... El día que debió ser de la unidad, pero que un partido, el que años después la pediría en su nefasta gestión de la pandemia, aprovechó para llegar a la Moncloa y coronar como presidente a ZP, el que hasta ahora sería el peor de la de democracia. Usaron, a posteriori, un desastre, para hacer lo que mejor saben, incluso cuando gobiernan. La oposición. Recordando a sus tiempos del Prestige deberían y deben mucho, pero sobre todo, dejar que descansen en paz.

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