Mirando al mar

Desde siempre, no sé por qué, se ha venido especulando con la orientación geográfica de nuestra Catedral de la Asunción. Unos que si al norte, otros que si al este y ninguno lo aclara. Gracias a Dios (nunca mejor dicho) hoy por hoy se dispone de instrumentos de geolocalización que ayudan perfectamente a conocer la exacta situación. Pero quedarnos con solo esa información me parece poca cosa. Yo propongo al lector que suba la calle Campanas y se coloque en la Plaza de Santa María justo enfrente de la puerta principal de la fachada de nuestra Catedral. Justo enfrente. Entonces debe trazar una línea imaginaria que la atraviese continuando nuestro vuelo por encima de la Sierra de Segura y llegando al mar. No nos detenemos y seguimos el mismo rumbo de aproximadamente 65 grados. Seguimos por el mar y cruzamos justo entre las islas de Córcega y Cerdeña para terminar en la costa italiana. Un poco más adentro llegamos el centro de la Ciudad Eterna. Roma. Allí es donde tiene su referencia la fachada de la Catedral. En otras palabras, si alguien quiere darle ánimos a Francisco I, el primer Papa Jesuita, que por eso, supongo que no hay ningún otro Papa Francisco en la historia, pues no tiene que coger aviones en el aeropuerto de Jaén, que está en Granada, ni hacer el duro camino de Aníbal Barca, pues solo con mirar la puerta principal en perpendicular, lo tendrá justamente enfrente.