Manipulación televisiva

    22 nov 2025 / 08:36 H.
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    Los gobiernos autonómicos, sin el más mínimo rubor, han convertido las televisiones públicas en apéndices de su maquinaria propagandística. Tales son los casos de la televisión gallega, la valenciana y la andaluza. Instrumentalizadas desde el poder, estas cadenas, financiadas con fondos de todos, han abandonado su función de servicio público para convertirse en altavoces incondicionales del partido gobernante de turno. El periodismo independiente es sacrificado en aras de una ideología partidista, donde la línea informativa se dicta desde las consejerías de Presidencia. Disidentes y opositores son sistemáticamente silenciados o caricaturizados, mientras se amplifica hasta la saciedad la voz oficial. Esta manipulación descarada, que drena más de 1.300 millones de euros anuales, no solo desinforma a la ciudadanía, sino que pervierte el debate democrático y fractura la cohesión social. El resultado es un ecosistema informativo autonómico intoxicado, un periodismo devaluado y una democracia seriamente amenazada por el servilismo de unos medios que deberían vigilar al poder, no servirlo. Las manifestaciones de las plantillas de las televisiones autonómicas advierten a los que acusan a la TVE de manipulación política de ceguera partidista: no ven la viga en su ojo.

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