Los tontos por ciento

23 jul 2022 / 16:00 H.
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La presidenta del Banco Central Europeo nos sorprendió el jueves con una histórica subida de 50 puntos básicos en los tipos de interés. Christine Lagarde pronunció unas comedidas palabras que no evitaron la caída de los mercados bursátiles: “La inflación permanecerá en un nivel indeseablemente alto” advirtiendo que “el horizonte temporal se oscurece” y “se enturbian las perspectivas económicas para la segunda mitad de 2022”. La autoridad monetaria reacciona, declara la guerra a la inflación e inicia un ciclo de subidas al objeto de enfriar una economía más caliente que la ola de calor que azota Europa. A la inflación se le une el riesgo de caídas del PIB y la grave amenaza de escasez de combustibles y alimentos.

Finaliza la etapa de tipos negativos que han provocado anomalías en los mercados financieros como tener que pagar por ahorrar o ganar dinero simplemente endeudándose. La banca, como principal agente de este sistema, ha aprovechado estas anomalías cerrando oficinas y despidiendo sin contemplación a miles de trabajadores. En 2008 había 46.065 oficinas en España y ahora, apenas quedan 19.000, y 30.000 empleos menos. Tradicionalmente los mejores salarios y locales comerciales los tenía la banca y ahora negocian descuelgues de convenio y se mudan a portales web. Las entidades financieras, tras el famoso rescate de los sesenta mil millones de dinero público, han ganado dinero incrementado beneficios, bonus y dividendos, lo que no justifica los recortes de personal y servicios a la ciudadanía. La era de los tipos negativos ha servido para ajustar costes en el mostrador más cercano al pueblo y ganar mucho más en movimientos financieros punto net.

A este lado de la carretera, en Jaén, como con tantas otras crisis, el latigazo ha sido mayor. De las 631 sucursales que teníamos hace diez años nos quedan tan sólo 385. Por comarcas llama la atención como la capital ha pasado de 120 a 54 oficinas. Estas cifras no se corresponden con el incremento tanto de depósitos, créditos e hipotecas de los jiennenses. Sólo en depósitos los ahorradores de Jaén han pasado de 8.861 millones en 2008 a 12.013 en 2021 lo que delata un profundo perfil conservador o, lo que es peor, una provincia paraíso de recursos financieros baratitos para otras regiones inversoras y que muchas entidades financieras se han sabido merendar.

Las nuevas tecnologías amplían las posibilidades de los bancos con sus clientes. Cada vez más un sector importante de la población prefiere operar con su banco a través del teléfono móvil o mediante los servicios que presta la banca electrónica. Sin embargo, existe preocupación por determinados sectores sociales, como el de personas mayores, y en algunos ámbitos territoriales, sobre las dificultades para acceder a servicios básicos como la retirada de efectivo. El cierre de oficinas en muchos pueblos provoca la incapacidad para acceder a los servicios financieros necesarios lo que provoca la exclusión de un tramo de población importante que no consigue adaptarse a la gestión de sus ahorros a través de la banca online o las aplicaciones móviles. Afortunadamente, Jaén es la única provincia que resiste a la exclusión financiera gracias a la presencia de una entidad con apellido local en cada uno de sus municipios. Esperemos que este orgullo local nos permita adaptarnos con solvencia a una política monetaria que dictan tantos tontos por ciento.



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