Los inamovibles
Todo está atado y bien atado”, dejó escrito en su testamento el dictador Francisco Franco para que “sus” españoles pudieran seguir actuando con la misma impunidad ante las injusticias y con los mismos privilegios económicos que en los cuarenta años de dictadura fascista, también en democracia. La transición estuvo supeditada y conducida a cuidar y mantener en sus puestos a jueces y fiscales que pasaron del Tribunal de Orden Público a la Audiencia Nacional u otros organismos creados por el nuevo régimen democrático. A duras penas se han conseguido hasta la fecha reconocer y asegurar derechos individuales y colectivos que han ido ampliando nuestra sensación de libertad, recuperación económica y reconocimiento internacional como país en democracia. Mucho hemos avanzado, pero aún quedan sobre todo dentro del poder judicial reminiscencias y artificios antidemocráticos que pasan de padres a hijos cuando aprueban sus oposiciones a la administración de justicia. Sobran pruebas que demuestran cómo funcionan estos personajes, cuando a la orden de “quien pueda hacer, que haga”, se ponen manos a la obra y a disposición de lo que mande el ex presidente Aznar.