Letreros y el nombre del lugar
Cuando el siglo XXI alcanza su primer cuarto no queda lugar, villa o ciudad que no tenga un nuevo letrero que acredite al viajero el nombre del sitio al que ha llegado. Hemos pasado de aquellas señales de lata con letras en negro a los nuevos planteamientos de información en donde lo moderno pone en valor a la localidad que lo exhibe. Causar una buena impresión a los visitantes y turistas de una localidad es el factor decisivo para que deseen volver o recomendar el viaje. La gastronomía, los servicios e infraestructuras y los lugares emblemáticos, son el principal reclamo de un sitio, sin embargo, la estética debe estar acorde y reflejar el espíritu del emplazamiento. Por ello, es importante cuidar la decoración de las entradas a las localidades. En la era de las redes sociales, ciudades como Valencia, Amsterdam o Toronto son ejemplos que confirman el valor visual que aportan los letreros gigantes como parte de su topografía urbana. Estas letras corpóreas gigantes son adiciones coloridas a su paisaje ciudadano y sobre todo, un punto de referencia para turistas y locales donde sacarse fotos para la posteridad. La tendencia se ha vuelto global y ya se ha vuelto normal encontrar este tipo de letreros gigantes incluso en pequeñas ciudades o pueblos.