La Celestina

Un 16 de junio de 1955 el IDEAL de Granada, en su número 7099, página 2, anunciaba la representación en el Palacio Carlos V de la obra La Celestina en versión de Francisco Roca Lozada. Y a la semana siguiente: “La suspensión de La Celestina”. ¡Qué había pasado! El IDEAL insertaba en sus páginas una nota de la Alcaldía: “Ante los grandes reparos de orden moral que se han formulado a la representación de La Celestina, ha decidido suspender las representaciones”. Marta Osorio, seudónimo de Josefina Garrido, que estaba previsto que representara La Celestina, nos comentó que un sacerdote había oído rumores sobre el ensayo de la obra. Escandalizado, tuvo miedo a que se le involucrara. Se puso en contacto con las máximas autoridades de Granada, que decidieron su suspensión. El mismo día del estreno aparece un cartel en el teatro anunciando la suspensión. Tanto Catena como Marta Osorio y otros actores se congregaron en un café céntrico de Granada para dialogar. Y cuál sería su sorpresa cuando vieron que tanto el interior del local como el exterior estaban ocupados por las fuerzas de orden público, los grises, como se les llamaba en aquellos tiempos. Fue tal la trascendencia que tuvo tal decisión que las mismas autoridades no quisieron asumir ninguna responsabilidad.