La biblioteca

    14 jul 2023 / 10:35 H.
    Ver comentarios

    La biblioteca del abuelo se convirtió en estorbo para el comprador. Un médico de Arequipa adquirió la casa solariega de don Nolasco en Lima, y la convirtió en Pensión de Estudiantes. Los obreros sacaron los libros para instalar el comedor. Aquellos preciosos textos de autores clásicos fueron tratados como escombro. Los apilaron de mala forma en las dependencias del fondo de la casa, más allá del patio central, con abrevadero y madreselva. El nieto de don Nolasco, no descuidó la vigilancia de la biblioteca del abuelo. Cada noche antes de retirarse a dormir pasaba por la calle Espíritu Santo, y suspiraba mirando los ventanales. Un día consiguió traspasar secretamente los umbrales del lugar sacro donde dormía el tesoro. No había oxígeno. Las polillas habían arruinado parte de los venerables textos. Un siglo después cuando los empleados municipales concluían el derribo y quemaban los libros hallaron el cuerpo momificado del transgresor. El Ayuntamiento levantaría la Biblioteca Municipal sobre el solar. Estaría dotada con medio centenar de obras menores, saldo de ediciones que las editoriales locales no pudieron vender y ahora cedían para promover la cultura a cambio de una subvención.

    Articulistas