Jurisdicción universal
Es cierto que la constatación formal de todo delito es exigible para atribuir condena a personas física o jurídica. Lo que significa que hasta tanto no se pronuncie el Tribunal que resulte competente, tal vez sea inadecuado utilizar la palabra genocidio referida siguiendo la calificación del indito Feyuoo, a la catástrofe de Gaza. Si así lo prefiere quien arguye tales distingos, sea. Ocurre que tanto en el lenguaje mediático o institucional e incluso el que utiliza cualquier ciudadano se produce no en clave jurídica sino política. Hay que advertir que en el escenario en el que se dirimen tales cuestiones, los creados Tribunales de justicia universal devienen en pura fantasía, por cuanto los mismos operan en países que no han ratificado el correspondiente convenio de jurisdicción universal. En todo caso hay certezas y un trágico convencimiento del crimen colectivo que se está produciendo en Palestina sin que constituya justificación la idea de que se persigue a una organización terrorista que merece nuestra más absoluta repulsa. Lo que resulta completamente inadmisible es la matanza despiadada de seres inocentes por el ejército israelita y que este o el gobierno al que sirve justifique una especie de colateralidad asesina que les exonere de responsabilidad. En realidad, no es necesario acudir al espectáculo de crímenes televisados, ni a un examen de indicios (no permitir la entrada de periodista, la estrategia de gestionar el hambre, frente a centenares de camiones repletos de alimentos a los que no se permite la entrada en Gaza el bombardeo de hospitales...). Reitero que todo ello es innecesario ya que el presidente de aquel gobierno.
Se declara confeso del delito de genocidio o ¿acaso forzar el abandono de sus vivienda y tierras, procediendo a una sistemática destrucción de todo lo edificado en aquel país, no constituye el delito de genocidio?, es sorprendente constatar cómo la extrema derecha y la que se supone no es tan extrema, invocan la presunción de inocencia y la injuria que supone llamar genocida al presidente de aquel gobierno. Pero, sin embargo, se permiten proferir aquí a los contendientes políticos el insulto bochornoso de llamar “chulo de putas” al presidente del gobierno y todo tipo de vituperios que engendra la contracultura de los bulos. Lo deseable y por ahora inalcanzable es que la jurisdicción universal de un tribunal de justicia fuese suscrito y ratificado por todos los estados, o cuando menos por las grandes potencias. Ello resulta fantasioso, mientras en la mayor potencia de este planeta gobierne un riquísimo ególatra, pero con la apariencia al menos, de ser un paleto peligroso.