Jaén y la nueva normalidad

02 may 2020 / 10:39 H.
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Al toque de “resistiré” dos vecinos se saludan a lo lejos, y se gritan “a ver cuándo acaba esto y nos vemos”. Pero en el interior, cada uno de ellos sabe que, cuando acabe esto, las cosas no serán como antes. He oído que lo llaman la nueva normalidad. El coronavirus traerá una serie de cambios sociales, culturales y empresariales a los que habrá que adaptarse. Nos preguntamos, ¿qué posición competitiva tendrá Jaén en esa nueva normalidad? Esta crisis supondrá un gran salto de lo global a lo local. En las últimas décadas hemos visto como el eje del mundo se desplazaba del Atlántico al Pacífico y el “made in China” tatuaba la mayor parte de los productos que consumíamos. Sin embargo, en el futuro los parámetros de consumo se relacionarán con productos fabricados en nuestro entorno, con baja huella de carbono, lo que obligará a un reparto equitativo de las industrias por territorios. Es, sin duda, una oportunidad para nuestra provincia que perdía la batalla con adversarios nacionales e internacionales. De hecho, grandes compañías acercarán sus fábricas a los lugares de consumo e invertirán en zonas poco industrializadas y pobladas. Desde el punto de vista climático, muchos ven esta crisis como una reacción de la propia naturaleza ante la codicia sin fronteras del consumismo, y nuestro encierro viene a contribuir al equilibro ecológico de las cosas. Si la clave es la naturaleza, muchos pensarán en Jaén. Además, el aceite de oliva se posicionará como alimento saludable, que no solo previene enfermedades cardiovasculares, sino que fortalece el sistema inmunológico. Es cierto que la nueva normalidad acelerará el “ecommerce” sustituyéndolo aún más por la compra en grandes superficies y locales comerciales. La posición geográfica de Jaén favorecerá la implantación de centrales de logística. Los productores tendrán que ganar esa posición en el mercado web para vender sus productos. Hace poco una asociación de productores de aceite de oliva difundía un vídeo en el que describían las ventajas de comprar directamente en la almazara. Además de ayudar a la agricultura con una compra responsable, denunciaban las manipulaciones que el distribuidor hace tanto en precio como en calidad. La nueva normalidad supondrá un mayor protagonismo del teletrabajo en detrimento de la presencia física. Muchos directivos de grandes empresas preferirán trabajar en una amplia casa en Hornos de Segura, con vistas al Tranco, conectados al 5G, rodeados de ecología y salud, antes que en la colmena de oficinas de cualquier capital financiera. Desplazarse en metro o autobús durante más de una hora desde el hogar hasta el trabajo será una tortura, y muchos preferirán el paseo, a pie o en bicicleta, con lo que su jornada será más productiva quedando más tiempo para disfrutar del ocio y la cultura. La hasta ahora menospreciada “España Vaciada” se convertirá en el gran atractivo para la residencia de muchas familias. En el sector turístico, también cambiarán las cosas. Se demandará tranquilidad frente a las grandes aglomeraciones en playas y hoteles. El turismo interior se reforzará y las casas rurales tendrán tanto protagonismo como los cruceros o los “resorts” todo incluido. Se pagará más por un desayuno ecológico en el patio de una casería que por el mejor buffet de un hotel atestado de turistas internacionales. Ese pasado, despreciado por otros, ahora se convierte en el ansiado futuro, y en Jaén, estamos preparados.

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