Idus de marzo

    17 mar 2024 / 09:30 H.
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    Mal ejercicio, ahora que los devotos ensayan las percusiones para sus bellos desfiles, asomarse a los papeles y asumir las noticias que dan cuenta de la creciente crisis democrática que asola a nuestro planeta. En América, aquel a quien la justicia atribuyó la responsabilidad de hechos tan graves como el asalto al Capitolio será candidato a presidente sin apenas consecuencias. En España, veinte años después de los peores atentados de nuestra historia, todavía casi un tercio de la población sigue pensando que ETA estuvo detrás de su autoría, sin que quienes ejercían el poder en ese momento hayan reconocido, a pesar de los hechos, la construcción de aquel gran fake que llegó incluso a envenenar los juicios de los implicados en la masacre y generó una profunda división en la sociedad civil. Desde entonces, esa estrategia de cinismo se ha convertido en una frugal herramienta de los poderes para fidelizar a sus hooligans en todas las formaciones políticas. Mal hizo Julio César en descuidar sus espaldas ante la conspiración que llevó a Roma de la República al Imperio, como mal hacemos los ciudadanos en asumir sin más la información que llega cuidadosamente a nuestros índices y nos tragamos día tras día con la uña del corazón.

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