Es que dice que viene, ya váyanse

    19 may 2023 / 09:21 H.
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    Las mujeres del pueblo fueron las primeras en levantarse. Miraban a la calle por si había movimiento. Solo vieron el sol implacable y ráfagas de viento arrinconando el polvo “Váyanse, váyanse; dicen que viene bravo, por derecho”. Él estaba en otro pueblo. Cuando lo supo, entornó los ojos y chocó diente con diente. Lo agarró un ataque de odio. Le dijeron que su hijo había muerto de un tiro en la nuca. Que sangró un hilo fino y corto. Los hombres, que acompañaban el cadáver con las mujeres, se miraron unos a otros, tomaron los sombreros, se levantaron y fueron tras ellas. El alguacil del aviso añadió que agarró el caballo a galope y salió fiero. Cuando él montó y arrancó con aquella violencia pusieron el telegrama. Llegó con la boca y los ojos secos, la mirada perversa, los labios agrietados, el pecho temblando, el estómago revuelto. No pudo articular palabra, ni llorar. Preguntó sin abrir la boca, dirigiendo sus pupilas a la madre. Ésta respondió: “Le envié recado que se quitara él mismo de en medio antes que llegaras, porque tú lo ibas a desollar vivo”. Hubo un silencio frío, en el que ella continuó mirando al marido. Luego dijo: “Anoche se ahorcó”.

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