en minúscula 4 - se lee

    07 ene 2022 / 16:39 H.
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    de verdad que estoy al tanto como el que más del “motomami” de rosalía y de los estrenos de netflix y —aunque mi uso de ese aparato infernal se limite a uno bien mercenario y acotado— hasta entiendo que vivamos pegados al móvil. confieso que esta situación me enervaba: creía que el mundo se iba a la mierda y que nuestra raza —superior, decimos— estaba a punto de la extinción. pero ya no. porque no lo sabemos, pero lo que estamos haciendo en realidad es leer. y leer, estoy convencido, salva vidas. cuando me ofrecieron esta columna, lo primero de lo que dudé es del formato. pensaba que mil y pico caracteres (espacios incluidos) eran demasiado poco para contar nada. tempus fugit y camino ya inexorablemente hacia los cien artículos con la trágica sensación de que cada vez me sobra más espacio en ellos. escribo con la certidumbre de que la mitad de los lectores de este texto lo abandonaron hace tiempo para consultar un whatsapp o un aviso imperioso de tiktok. y de que no volverán a él. la manera de leer ha cambiado y ya no se soporta el texto largo, la novela ni el contenido sin imagen. pero puedo escribir todo en minúscula para denunciar lo pequeños que nos volvemos con algunos comportamientos. y, como digo, queda el consuelo de que la realidad no se ve, ni la belleza se contempla: ambas se leen. enhorabuena, si es que ha llegado usted hasta el final.

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