Elecciones para quién

    05 jun 2022 / 16:00 H.
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    Vuelve el estruendo que se adentra por ventanas y se retrata en las paredes pero que ya no se alberga en mentes hartas de tanto cambio inútil de promesas por votos. Se revuelcan en la ciénaga, se insultan, se llaman mangantes por la mañana y negocian acuerdos por la tarde. Hablan de la corrupción de los otros y dejan a un lado la propia. Pronto sólo creerán en ellos los beneficiados. Siguen usando un lenguaje engañabobos mediante el cual todo lo malo está en la acera de enfrente y todas las bondades en su orilla. Y así, entre mentira y mentira, a Jaén en cuarenta años de andadura la cogieron esquilmada y la dejan en la misma situación. Algo ha mejorado faltaría más pero los más graves son los pecados de omisión y aquí se han omitido mínimos imprescindibles para progresar; trenes, autovías, aves, colces, santanas y lo que es peor : ilusiones y brazos jóvenes. Enmedio de tanto sumo sacerdote alardeando de logros y escupiendo promesas los epígonos de la España vaciada, como un rayo de luz y esperanza, quieren alzar su voz hastiados de tanto ninguneo. El veinte todos habrán ganado y una vez más Jaén y buena parte de Andalucía habrán perdido. Mi fe se alejó cuando un desahogado decía no dormir si albergaba en su cama al abejorro. Horas después anunciaron esponsales.

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