El poder judicial

    01 jul 2024 / 09:38 H.
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    De nuevo no hay libertad si la potestad de juzgar no está separada de la potestad legislativa y ejecutiva” (Montesquieu). Tomando al pie de la letra el texto de la separación de poderes no es difícil concluir que dicha formulación tiene una base discutible. El ejecutivo lo ostenta el gobierno y el legislativo las Cortes. Si estas, en su mayoría, pertenecen al ideario del ejecutivo, es fácil colegir la dependencia del uno frente al otro. Si además los próceres de los dos partidos mayores acordaron que el órgano que gobiernan los jueces estuviera elegido por esos dos mismos partidos concluiríamos que la división de poderes quedaría desvirtuada por la injerencia del poder político, dejando claro que una cosa son los jueces y su probada independencia, y otra bien distinta el colectivo que los gobierna. En España, cinco años después de cumplido su mandato, ambos partidos y las instituciones europeas han dicho basta y acuerdan su renovación. Y se impondrá en la nueva composición, el partido gobernante y cuando exista alternancia en el poder pasará a ser mayoritaria la nueva opción de gobierno lo que nos lleva a la conclusión de que eso de los tres poderes queda convertido en una escala de mando militar en la que se impone el que más galón tenga.

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