El fútbol y las pasiones

Lo han definido como el fenómeno social más importante del siglo XX. Bien es cierto que en los altos niveles profesionales hoy se mezclan deporte y negocio hasta el punto que pienso que el Real Madrid, por poner un ejemplo, es una gran empresa que entre otras dedicaciones tiene un equipo de fútbol. Pero de años acá es más que diáfana la brecha abierta entre el fútbol profesional y el modesto. En ese escenario nuestro Real Jaén ascendió el pasado domingo ante casi trece mil seguidores; algo inédito desde hace muchos años. Y lo hizo a la cuarta categoría, que podemos definir como semiprofesional acorde probablemente con la estatura de su afición y la entidad de población a la que representa lo que demuestra , sin duda, la pasión desatada entre los aficionados y que ha tenido, producto de una pasión mal entendida, un lamentable episodio en boca recalentada de un jugador que, en el fragor de la celebración, hizo unos inoportunos comentarios de desprecio al otro equipo de la provincia que hasta el domingo competía en un escalón superior. Recapacitó después y pidió perdón pero la ocasión es propicia para recordar a dirigentes y técnicos que estamos ante un deporte que debe inculcar a quién lo practica valores que vayan más allá de tácticas y estrategias.