El aeropuerto de Granada

De aquellos polvos, estos lodos; la idea de vender humo electoral y crear el trampantojo aeroportuario en realidad consistía en añadir el nombre de Jaén e instalar un mostrador de información turística; el invento ha tardado en hacer crisis, pero al fin, aquí está: aquella payasada del aeropuerto Granada-Jaén, que nadie creyó, no se sostiene. En tiempos, la Diputación estableció un autobús lanzadera, incluso se pensó en la obtención aquí de las tarjetas de embarque; el bus se extinguió por falta de uso y las tarjetas se obtienen por Internet. La tozuda realidad es que el pequeño aeropuerto de Chauchina está en Granada, se llama Federico García Lorca y sirve al turismo local, al tránsito doméstico y a algunas compañías “low cost” cuando les interesa. Los jiennenses optan por las mejores comunicaciones y enlaces de Málaga, Madrid o Sevilla. No es bueno presumir de lo que se carece ni extraña la pretensión de exclusividad de los granadinos que nada ganan con el añadido de Jaén al nombre; quizá quieran cobrar por su uso. El cuadro de un barco en el muelle de la Salobreja en los primeros carnavales en tiempos de Emilio Arroyo y el lema “Jaén, puerto de mar” eso sí era una broma inocente.