Discriminación positiva

19 sep 2020 / 18:14 H.
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En los próximos tres años España recibirá de la Unión Europea 59.168 millones de euros del Fondo de Reconstrucción. 43.480 llegarán entre 2021 y 2022 y 15.688 en 2023. El destino ha de materializarse en proyectos que vengan a resucitar las economías paralizadas por la covid-19, como si de un desfibrilador se tratara. El gobierno central ha de ponerse las pilas para catalizar estos fondos y necesitará de proyectos que generen riqueza y empleo. Aquello que no se invierta habrá que devolverlo. Con este objetivo han contactado con las denominadas “Big Four” que son las cuatro grandes firmas de consultoría a nivel mundial, Deloitte, PricewaterhouseCoopers, KPMG y Ernst & Young. Desconocemos qué conocimiento tienen estas internacionales, sin sede en Jaén, de la realidad de la economía de nuestra provincia, de la necesidad de potenciar los territorios amenazados por la despoblación, de la urgente reestructuración que requiere el sector oleícola, de que estas inversiones pueden ser una oportunidad irrepetible para corregir los desequilibrios territoriales y ordenar lo que intereses nacionalistas han desordenado en nuestro país.

Eso que Jaén necesita se llama discriminación positiva, que es justamente lo contrario a la negativa que hemos padecido, o lo que es lo mismo, esas inversiones pueden servir como amortización perfecta para una deuda histórica. En absoluto queremos arañar ese dinero por un caprichoso criterio arbitrario de reparto que responde a quien llora más fuerte. Estos proyectos deben baremarse en función al dónde y al cómo. El dónde, está claro, si hay que reconstruir algo habrá que centrarse en lo destruido. Empleo destruido, despoblación, desinversión, renta per cápita, con estos indicadores Jaén, lamentablemente, partiría con ventaja. Y el cómo, evidentemente se requiere de inversiones productivas, y que estos fondos se sumen a una capa más de gasto improductivo. Para ello deben encajar en la estrategia que la ONU ha implantado en la Agenda 2030 para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Y justamente aquí, en Jaén, disponemos de elementos en los que encajan perfectamente esos objetivos, ya no solo por la necesidad de contribuir a erradicar la pobreza, reducir las desigualdades y favorecer comunidades sostenibles, sino por la responsabilidad de hacer todo esto con respeto al medio ambiente, apostando por energías asequibles, por la vida de los ecosistemas terrestres y la producción y el consumo responsable.

A todo ello se le debe añadir una estrategia sanitaria de evitar la concentración de población en las grandes ciudades, actualizada a la situación del coronavirus que, aún en el mejor de los escenarios, aún está lejos de volver a lo que, de cerca, sentimos. Espero que esos BIG Four, desde su despacho en la última planta de imponentes rascacielos, sean capaces de ver lo interesante que puede ser invertir por debajo de Despeñaperros. Y si la vista no les llega, les pido que analicen los indicadores de crecimiento socio económico, y cuando analicen estos datos, les pido que lean nuestro plan estratégico, que consulten a las plataformas ciudadanas, a las asociaciones empresariales, y que tengan la valentía de proponer lo que efectivamente sus algoritmos ODS les indiquen. Y también, les pido, que no escuchen a los cuatro listillos de siempre que, con la amenaza de desquebrajar el Estado, nos están echando a la ruina.

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