Despejar la X

    04 feb 2022 / 16:32 H.
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    Tengo un amigo que vive en el extranjero y me dijo el otro día que la gente se asusta mucho cuando, a la pregunta de “¿Qué hiciste el fin de semana?”, responde que estuvo pensando. Me parece muy hermosa esta respuesta suya, porque desde que lo conozco él es precisamente eso: un ser pensante, alguien que dedica mucho tiempo a la sabia actividad de dialogar consigo mismo. Dice que tiene que ver con su perro, al que pasea incansablemente por los caminos del pueblo en el que vive, pero yo sé que además lo hace mientras cocina y en otro montón de situaciones cotidianas. Y, oigan, dirán que es una tontería, pero es que yo no sé hacerlo. Cuando me pongo a pensar, enseguida pierdo el hilo y me siento como un escolar fracasado que, tras horas rascándose la cabeza, no es capaz de despejar la X. En fin, que salió la conversación porque yo le comenté que todo el mundo suele reaccionar admirablemente bien cuando yo respondo, a la misma pregunta, con un “Estuve en la sierra” o “Vi un partido de fútbol en la tele”, pero que me miran horrorizados cuando les digo la verdad. “Me pasé todo el fin de semana escribiendo; había un párrafo que se me había empantanado, un verbo que se me había atascado en el fondo del alma”. Entonces siempre me gano el silencio del respetable. Y supongo que callar es una manera de decirte “Tío, pero qué raro eres”. Pues imaginen mi amigo.

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