De Sánchez 1 a Sánchez 2

El primer Sánchez ya tenía en su debe un intento de pucherazo con urna oculta en el famoso Comité Federal de 2016. Justo un año después, recuperado el mando, calificó la algarada catalana como rebelión, apoyó la aplicación del artículo 155, solemnemente juró que traería a Puigdemont para juzgarlo y encarcelarlo, más solemnemente aún manifestó que jamás habría perdón para los que querían romper la unidad de España. Se retrató ante un enorme bandera española. Negoció con Rivera centenar y medio de medidas para un posible gobierno de coalición con Ciudadanos. Pero Iglesias le quitó el envoltorio al caramelo de la moción y entró, de aquella manera, en la Moncloa. Y empezó su lenta pero firme mutación hacia el caudillismo. Nació Sánchez 2. Se hizo un partido a su medida, se rodeó de fieles palmeros, consiguió controlar órganos judiciales poniendo a sus fieles en ellos, indultó a los díscolos catalanes, les eliminó la sedición y la malversación, a los colegas vascos les envió paletadas de millones y a los etarras dispersos en cárceles. Y amortizado Feijóo se dispone a negociar con el prófugo los votos que le harán presidente. Revestirá la amnistía con otra semántica y tras hacerle firmar a su tropa adhesión inquebrantable seguirá en Moncloa.