Cuentos chinos alcalaínos XXI
Se conocieron en el colegio y jugando por las calles de Alcalá la Real, cuando la vida aún olía a recreo y los problemas cabían en una hoja de examen. Compartieron guisos, risas y secretos bajo los árboles del paseo. Eran una pandilla de amigas. Con el tiempo, la vida las llevó por caminos distintos: trabajos, ciudades, hijos, pérdidas. Pero nunca dejaron de buscarse aunque fuera en un corto mensaje de Whatsapp. Cada encuentro, por breve que fuera, les devolvía a días de instituto y sueños grandes donde sabían todo la una de la otra: las cicatrices, los logros, los miedos. Y se acompañaban sin juzgar, como solo lo hacen quienes crecen juntas, conociendo la historia de cada una desde el primer capítulo. Hoy, ya con canas y memorias compartidas, siguen riendo igual que entonces, celebrando que el verdadero tesoro no fue el colegio, ni los años, sino haberse encontrado. Porque la amistad verdadera no envejece: se hace más fuerte, sabia, esencial. Y es que, en un mundo cambiante, tener a quien te conoce desde siempre... es un milagro. La amistad es como el aire, no se nota pero te falta si no lo tienes, no hacen falta palabras, simplemente son saber que existe, basta. Amigas Forever, gracias por estar ahí, os lo debía.