Combatir la despoblación

26 may 2024 / 09:44 H.
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Es de todos conocida que la evolución demográfica en la provincia de Jaén es negativa. Recordemos que Andalucía tiene censados 8,6 millones de habitantes, un 4% más de los que residían en 2010, mientras que nuestra provincia, en el mismo periodo, perdió un 6,86%, llegando nuestro censo a poco más de 620 mil. Comportamiento similar padece la provincia de Córdoba que pierde un 3,52%. Fuera de Andalucía también pierden población, en términos similares, León, Zamora, Ávila, Cáceres y Badajoz. Son muchos los factores que provocan estos datos, y es fácil observar que vivimos un trasvase de residentes del interior a los municipios de costa que, además, cuentan con más expectativas socio laborales. Sin embargo, no tenemos claro qué va antes, el huevo o la gallina, es decir, si es este trasvase el que genera riqueza en destino y que lo hace atractivo, o es la ausencia de riqueza en origen la que provoca ese trasvase. El caso es que entramos en una espiral de la que es difícil salir.

Frenar esta despoblación forma parte de nuestro Plan Estratégico en el que deben estar implicados todos los agentes de la sociedad. Las diferentes administraciones públicas imponen diseñar actuaciones específicas para combatir esta sangría. Atraer inversiones públicas y privadas, seducir la implantación de empresas, incentivar la natalidad, y en definitiva, incrementar la calidad de vida de nuestros vecinos son caminos necesarios para revertir esta tendencia.

¿Qué medidas serían más atractivas para los jóvenes, siendo estos motores del crecimiento demográfico, teniendo en cuenta que es el acceso a la vivienda uno de sus principales problemas?

En Castilla León existe un descuento del 20% a jóvenes que compran una vivienda pública rural y te avalan para que el banco te pueda dar una hipoteca de hasta el 97,5%. En Asturias las ayudas incluyen tanto la compra como la rehabilitación. En La Rioja se ha puesto en marcha el Plan Revive destinado a menores de 45 años por la que se le concede una ayuda para compra de vivienda de 40.000 en municipios inferiores a 500 habitantes, 30.000 € en municipios de 501 a 2.000, o de 20.000 € en los que tengan entre 2.000 y 5.000 habitantes. Similares medidas encontramos en Ourense o en la Región de Murcia. Existen incentivos especiales que el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico destina a entidades locales para que impulsen el emprendimiento rural. Incluso algún Ayuntamiento podría plantear una bonificación o exoneración del IBI, un impuesto que penaliza a muchas personas con escasos recursos, que cuando llega la contribución no llegan a final de mes. No sería ninguna locura que las empresas recibieran un tratamiento fiscal especial si parte de su actividad la desarrollaran en zonas afectadas por la pérdida de población, o que la Seguridad Social aplicara bonificaciones a contratos de compañías cuyos empleados teletrabajen en nuestros pueblos.

En todo caso, todas estas medidas no funcionarán si no van acompañadas de un sentimiento de amor verdadero por lo nuestro. Estar convencidos de que en nuestros pueblos se vive mejor que en ningún sitio, hacerlo con orgullo, presumiendo y dando la cara. Así se rompen las tendencias demográficas.



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