Carta a los Reyes Magos

05 ene 2025 / 09:43 H.
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Suele empezar con el saludo de “Queridos Reyes Magos”, seguido de la típica frase “Este año me he portado muy bien”. Normalmente redondeamos al alza esa puntuación que califica nuestro comportamiento. Afirmamos que hemos sido obedientes a cualquier instancia superior, que todas nuestras cosas están bien ordenadas, que nos hemos esforzado más que nunca, y que no hemos sucumbido a las tentaciones que supone portarse mal, por muy divertido que pudiera parecer. Como dice la canción de “Pata Negra”, lamentamos que todo aquello que nos gusta es ilegal, es inmoral o engorda. Confiamos en que sus majestades ratifiquen nuestra percepción, aún con la duda de qué habría pasado si no hubiéramos sido tan obedientes, tan ordenados, algo más innovadores y menos convencionales.

A continuación, relatamos el objeto de la carta que no es otro que rogar nos traigan muchas y muy buenas cosas. Nuestros deseos los plasmamos en unas cuantas líneas echando por encima, por si la realeza divina tuviera que aplicar recortes. Si respondemos a los instintos propios de un ser vivo, el primer deseo sería sobrevivir, y para ello necesitamos ser competitivos. Correr más que la gacela si somos leones, o viceversa. En la medida en que ascendemos escalones en la “Pirámide de Maslow” vamos apreciando que la felicidad está muy relacionada con el amor que respiramos en una comunidad, como quiera que somos animales sociales.

Nada más adecuado para fomentar nuestras metas individuales y sociales que aquellas herramientas que nos ayuden a imaginar, a emprender y a innovar respetando nuestro entorno. Sin embargo, el sistema nos ofrece otras herramientas que nos hacen sumisos, consumidores, e individualistas. Nos lanza unas redes que llaman sociales y nos atrapan en algoritmos manipulando decisiones y sentimientos, al grito de libertad, que traducimos como gratuito.

Si tuviera que escribir una carta de Reyes Magos para nuestra economía la orientaría hacia la innovación. Es la que más beneficios nos va a aportar. Esperar a que otros lideren los sectores nos aboca al tramo con menor valor en la cadena, el más vulnerable, el más débil. Según el informe de Competitividad Regional del Consejo General de Economistas de 2024 en España se dibuja un triángulo de alta competitividad formado por las comunidades de Madrid, País Vasco, Navarra y Cataluña. Mientras que Andalucía, Extremadura y Canarias se posicionan en un nivel bajo o muy bajo. Si bien es cierto que en 2023 la tendencia de Andalucía es al alza, con un incremento superior a la media, no es lo suficiente como para alcanzar ese triángulo. Y es la innovación lo que más marca las diferencias en ese análisis competitivo, por la incidencia en la productividad. País Vasco lidera la innovación en España, y su productividad es de 110 puntos, respecto a los 84 de Andalucía, siendo 100 la media europea. Resulta paradójico cómo estos indicadores no están tan relacionados con la política de incentivos públicos, y sí más con esa educación que recibimos desde niños.

Por eso, en la carta de este año, pedimos que los Reyes de Oriente hagan su magia y castiguen el convencionalismo y premien la innovación.



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