Cambio de agujas

29 dic 2025 / 08:25 H.
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Se recuerda usted, DonMinistro de los trenes, de lo que dijo aquel técnico, experto en pelotas, que es Marcelo Bielsa? “Lo imposible lo hacemos en un visto y no visto; para hacer milagros necesitamos algo más de tiempo”.

Ahí queda eso: una tesis doctoral sobre la diferencia entre “milagro” e “imposible”. ¡Chúpate esa! —que dijo otro—.

Después de reflexionar, llegué a la conclusión de que el milagro no es hacer bujeros y caminicos de hierro por Despeñaperros, sino en disponer de los dineros precisos para costeárselo. Fíjese si por mis tierras andaluzas será posible meterse en laberintos y en cosas imposibles que hasta se pensó una vez el hacer un túnel por debajo del Guadalquivir para ir de un no-sé-donde a otro no-sé-dónde, sin malgastar en rodeos el tiempo tasado de vida que tenemos. La cosa se fue al traste por un no-sé-qué que qué-sé-yo. Pero, como en mi tierra somos expeditivos y no nos andamos con titubeos, lo primero que hicieron fue comprar una tuneladora, que parece que costó un riñón y la yema del otro, tuneladora que ni se desempaquetó, y cuyo aparcamiento, con embalaje y todo, tuvimos que pagar a precio de zona verde madrileña.

Visto que lo difícil —que es saber que Despeñaperros es agujereable— ya está hecho, y que, en cualquier caso, siempre se puede echar mano de la tuneladora sevillana, me puse yo a pensar sobre la manera de arrancar con lo del milagro. Ya sabe: lo de los dineros. Y, en vista de que usted mandará mucho en tuneladoras y catenarias pero que el abracadabra de los dineros es competencia de tercera en litigio, creo que voy a hacer un cambio de agujas hacia la DoñaMinistra de los cuartos, aprovechando que está opositando a PresidentaAndaluza. No se piense usted que es por hacerlo de menos, DonMinistro de los trenes, pero, entre un viajante eventual de Valladolid y una viajera forzosa entre Madrid y Sevilla, se me figura a mí que mis paisanos y yo tenemos más posibilidades de que se produzca un milagro encargándoselo a la de los dineros, que es doctora en andalucear, que porfiarle a un perito en imposibles tan finolis como usted.

Eso no quiere decir que vaya a claudicar en echar nuestro ratico mensual de charla mientras que a usted no lo claudiquen. (Luego, tampoco; podemos quedar como amigos si a usted no le incomoda). Lo que digo es que voy a comenzar a llamar a la puerta de los dineros a ver si así se produce el milagro. A estas alturas he comprendido que, entre un experto en imposibles y una doctora en milagros, hay que optar por el doctorado aunque solo sea por aquel brocardo jurídico de que “quien puede lo más puede lo menos”. Lo más es mandar sobre los milagrosos dineros de todos. Lo menos es arrimar los dineros de todos a lo que al parecer es imposible para usted: que podamos llegar a Jaén como usted llega a Valladolid. En AVE. Lo digo porque, si aprueba las oposiciones a presidenta de la Junta de Andalucía, tendrá que hacer más viajes a Jaén de lo que se piensa ella, y la criaturica querrá disponer de lo que otros tienen de serie.

Yo había pensado en mandarle a su colega una esquela de introducción. Algo así: Estimada DoñaMinistra de los dineros: me-alegraré-de-que-al-ser-esta-en-su-poder-se-encuentre-bien. Yo- bien−gracias-a-Dios. Bueno... lo de bien es un decir. Porque sabrá usted que una servidora habita en Madrid, aunque tenga el alma y las querencias allí donde quisiera tener el cuerpo: en Jaén. Pero que le pilla tan a trasmano. No voy a contarle lo que daría yo por llegar a Jaén como se llega, un poner, a Sevilla; pero, por más que he porfiado con el DonMinistro de las vías, no ha habido manera de que enderezara el trazado y lo echara en línea recta, de Madrid a Jaén por mitad de Despeñaperros, en lugar de meterse a hacer caracolillos. “Despeñaperros es muy trabajoso para el presupuesto” —me dijo—. Y digo yo: ¿y si usted, que manda ahora en los presupuestos generales, y, a lo mejor, en poco tiempo, en los presupuestos andaluces, desaparca la tuneladora del Guadalquivir y hace el milagro? Total...

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