Artificio inteligente

Tengo el convencimiento de que a estas alturas de la evolución del pícaro mundo que nos acoge solo un uno por ciento de la población conoce ese par de palabras de moda supone el albor de una nueva era. En una mínima parte de los millones de años del universo hemos pasado del fuego a la IA, pasando por la rueda, la pólvora, la máquina de vapor, la electricidad, la telefonía, el ferrocarril, la aviación e Internet como hitos. Ahora la inteligencia artificial y sus artificios, mecanismos y algoritmos nos sitúan ante el paso de dotar de capacidad inteligente a máquinas en el más amplio sentido de la palabra. Ellas podrán procesar, almacenar y crear sistemas con millones de datos que les permitan por sí mismas tomar decisiones. Y es en ese punto exacto en el que cualquiera puede preguntarse si puede llegar un momento en que eso que hemos llamado máquinas inteligentes puedan desarrollarse por sí mismas. Si eso llegara a ocurrir la humanidad habría escrito su propio epitafio y ese afán loable de progreso se convertiría en un fracaso colectivo. Si como alguien escribió las personas desinformadas están a merced de los demás como estaríamos ante instrumentos inteligentes desprovistos de alma y de sentimientos.