Un mundo infeliz

    19 sep 2021 / 13:51 H.
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    La búsqueda de la felicidad plena, de la sociedad perfecta, de la vida ideal que constituye la esencia de la utopía siempre estuvo amenazada por comportamientos que nos hacen infelices dentro de una masa que sacrifica sus valores en aras de un consumismo y una comodidad aparentes. Esa distopía lleva al humano a perder su capacidad de razonar y consecuentemente a sentirse preso de todo lo que lo condiciona. Los avances tecnológicos nos empujan a comportamientos extremos y a expresiones de rechazo a los semejantes. Baste ver los cruces de opiniones enfrentadas como las vividas con ocasión de una agresión homófoba, que luego no fue tal, que sirvió para que los fanáticos de ambas orillas la usarán como arma arrojadiza en la espalda del adversario. Baste también el vapuleo a un obispo, que ante todo es hombre, negándole la posibilidad de poder amar a una mujer como si el anillo de pastor o la púrpura de sus atavíos fueran en sí mismos inexpugnables cinturones de castidad. No caminamos por los senderos del mundo feliz de Huxley. Guerras, homofobia, drogas, rechazo a inmigrantes, agresiones comerciales en busca de hegemonía, pobreza infantil, hambre, luz que sube y atenta contra los débiles, políticos que mienten... Todo lo más parecido a un mundo infeliz.

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