La nueva realidad

Soy reacio a aceptar ese juego semántico de nueva normalidad. Lo nuevo es diferente a lo anterior y por tanto no puede tildarse de normal lo que nada tiene que ver con lo que antes si lo era. Quizá sea más adecuado llamarla nueva realidad o excepciónalidad provisional. Porque normal no es ir a diario vestidos de máscara carnavalera, ni usar guantes de protección,ni vivir rodeado de geles hidroalcohólicos, ni guardar distancias con gente con la que antes te codeabas y ahora te das el codo en una suerte de absurdo y horrendo saludo. Al fin, nos han convertido en individuos manipulables y sujetos de estadísticas varias que muestran índices de nuestra debilidad para inculcarnos un miedo permanente o introducirnos una forma de fanatismo que nos lleva a los de infantería a pelear en ese cuadrilátero llamado redes sociales mientras los de escalones superiores (verbigracia Illa) se despiden con elegante verbo de sus adversarios en las Cortes sin aclarar aquello del principio de que todo lo tenemos controlado,sin terminar de colocar trece mil muertos más y sin explicar esas compras de género picado adquirido a través de intermediarios sin rostro. Tal vez por ello caló el chapeo,fuese y no hubo nada.Vamos que como al malogrado Juanito no le cantaron eso de illa illa illa Salva maravilla.