La noche

    24 mar 2023 / 13:12 H.
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    No es que la noche sea mala. Es que la noche es la noche. El tiempo pasa despacio, a veces se detiene. Si la pausa te coge en trance de tomar aire, entonces aspiras un hilo fino, que asfixia porque no sirve. Se trata de un aire malsano, repugnante, un aire que procede del infierno y quema. Te desesperas. Abres la boca para respirar. Solo se ve la lengua colgante, trémula, como serpiente que ocupa toda la garganta. Solo se ven los dientes, gusanos enganchados como lampreas que cuelgan de unas encías sangrantes. El rostro ha desaparecido. Se ve la boca abierta y se escucha un gruñido por el que escapa la vida. Puedes estar vivo o muerto, o muerto de regreso a la vida. Es un tránsito fatal que nunca concluye, porque no hay tiempo. El tiempo se retira en la noche. No es que la noche sea mala. Es que la noche es la noche. Vi a una mujer joven pariendo a un niño muerto. Lo conozco. El niño soy yo, aunque yo no quiero ser el niño. Intenté acunarlo pero la mujer no me dejó. La mujer cogió al niño de un pié y lo lanzó con fuerza al abismo. El niño fue desapareciendo, fue alejándose poco a poco en el espacio infinito. Un espacio de luz empalagosa, incierta. Yo ya no estaba. Llegaba la noche.

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