Jaén, paraíso StartUp

11 dic 2021 / 16:34 H.
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En el mundo de los negocios se utiliza el término “StartUp” para referirse a las empresas de reciente creación o compañías emergentes, normalmente fundadas por uno o varios emprendedores, sobre una base tecnológica, innovadoras y supuestamente con una elevada capacidad de crecimiento. Cualquier provincia debe tener como objetivo ser atractiva para que estas iniciativas surjan y se consoliden, más aún en aquellas en los que los indicadores económicos y demográficos son mediocres. No hace mucho, un empresario me comentaba que no hay en España mejor sitio para emprender en el sector de tecnológico que en la provincia de Jaén. A priori, resulta impactante tal afirmación, si bien, una vez analizados sus argumentos la idea lleva su hilo. Uno de los factores positivos es la preponderancia de la cultura de la innovación donde el acceso a las fuentes del saber tecnológico está al alcance de todo el mundo, sin necesidad de tener cerca grandes compañías, ni líneas de AVE, ni aeropuertos. No hay nada que haya democratizado más la riqueza en el mundo que el acceso a internet. La riqueza no es un factor heredable, como la tierra o los inmuebles, sino que está más relacionado con la gestión de una máquina color gris, de un kilo trescientos y que está en nuestra cabeza. La ausencia de oportunidades en el mundo empresarial, con la escasa atracción del sector agrícola de nuestro entorno, despierta el ingenio, como aquel grajo que a punto de desfallecer de sed fue metiendo piedrecitas en una botella medio vacía hasta que el nivel del agua subió y pudo alcanzar con su pico el líquido elemento. Ante la ausencia de empleo, entendido este como la relación laboral, dependiente y estable, los jóvenes tienen que apostar por invertir en ingenio, buscar alianzas y autoemplearse. El escenario que más ayuda a emprender precisamente es el pesimista, es decir, qué tengo que perder si lo intento, y lamentablemente la respuesta más frecuente es nada. Ciertamente en Jaén contamos con un porcentaje de autónomos sobre el total de asegurados superior a la media andaluza y la nacional, a pesar de que la densidad empresarial sea mucho más baja, lo que indica un fuerte espíritu emprendedor. No nos queda otra. Otro de los factores que empujan al emprendimiento son los excelentes indicadores de calidad que muestran los alumnos de los grados tecnológicos de la Universidad de Jaén, tanto en ingeniería informática, como mecánica, telecomunicaciones, industrial, electrónica o telemática. A esto le podríamos añadir los incentivos directos al empleo, indirectos a la financiación, así como la independencia y estabilidad que gozamos lejos de las grandes corrientes políticas y empresariales que dominan determinadas regiones. Además, la tecnología avanzada del teletrabajo permite llegar a todo el planeta con microsegundos de retardo. Si a todos estos ingredientes le dosificamos una dosis de calidad de vida a modo de precios asequibles de vivienda, cero atascos, buen clima, ambiente relajante lejos de espirales estresantes, naturaleza cercana y excelentes alimentos, Jaén se convierte en el paraíso que buscan los nómadas digitales. El año que viene tendremos una ley específica de apoyo a este tipo de empresas, con la que se pretende atraer talento internacional, eliminar trabas burocráticas y favorecerlas con medidas tributarias especiales. Como diría Steve Jobs, “si no trabajas por tus sueños, alguien te contratará para que trabajes por los suyos”, fuera de Jaén.

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