El cobarde

Las lluvias inundaron carreteras y vías. Se desaconsejaba todo viaje. Los dos trenes estaban sin embargo dispuestos en la estación de ferrocarril. Los usuarios llegan y buscan su plaza en el interior del vagón. El altavoz informa del peligro que supone viajar. Pocos desisten: son gentes muy curtidas en el riesgo. Un tren sale a las dos para Cartoonville. El otro media hora después con destino Portlancity. Ambos pasarán por la zona inundable, y después cada uno tomará la bifurcación correspondiente a su destino. El primer convoy no llegó a Cartoonville. Cuando se accedió a la zona encontraron a todos los viajeros ocupando sus asientos. Un aluvión sorprendió al convoy cubriéndolo sin que tuvieran tiempo de reaccionar. Estaban ahogados. El otro sí llegó a Portlancity. Las máquinas tractoras chocaron violentamente contra el tope de la estación. Pero estaba vacío. En el vagón de cola apareció un hombre pequeño que parecía enloquecido. Dijo que, al contemplar la suerte del primer tren, los viajeros del segundo se arrojaron por puertas y ventanas. Los arrastró el agua brava llevándoselos corriente abajo. Menos él. Él siempre fue muy cobarde. Tuvo miedo y se refugió en el fondo del vagón.