Sopa de jamón y cebolla

10 ene 2016 / 10:46 H.

En casa suelo tener siempre a mano una olla de caldito de pollo, sobre todo ahora en invierno que llegas a casa con los pies helados y apetece entrar rápidamente en calor. Qué mejor manera que hacerlo con una sopa bien caliente. Pero si te encuentras con que no has podido prepararla, aquí te dejo esta sencilla receta, muy rápida, que mi abuela solía hacer los días fríos de invierno, aprovechando el calor de la chimenea. Aunque, personalmente, yo la suelo preparar en cualquier época del año. La palabra sopa procede del germánico occidental “suppa” que se refería a una rebanada de pan sobre la que se vertía un caldo. Fue posteriormente latinizado en “suppa” en torno a los años 500 d.C., conservando su sentido original. A lo largo de la Edad Media pasó a definir a la vez los trozos de pan que cortaban para remojar en un caldo, y el mismo caldo o líquido se espesaba con pan.

Elaboración

INGREDIENTES.

1 cebolla grande, 2 lonchas gruesas de jamón serrano, 1 litro de agua, 1 pastilla de caldo concentrado de pollo, un puñado de fideos finos, 1 huevo, sal y aceite de oliva virgen extra.

PREPARACIÓN.

Pelar la cebolla y cortarla en tiras finas. En una cacerola echar un buen chorreón de aceite de oliva virgen extra. Freír la cebolla a fuego medio, removiendo de vez en cuando para que no se queme. Debe quedar transparente, bien pochada. Añadir el jamón en taquitos y freír sin dejar de remover un par de minutos más. Incorporar el agua y la sal. Dejar hervir unos 15 minutos para que la cebolla y el jamón suelten todo su jugo y sabor.

Desmenuzar la pastilla de caldo concentrado y hervir unos minutos más, hasta que se disuelva por completo. Echar los fideos y cocer hasta que queden blandos. Separar la yema de la clara e incorporar esta última. Remover y ver que ha cuajado. Mientras, disolver la yema en un vasito con un poco de vinagre. Una vez apartada la sopa del fuego, añadir la yema. Servir bien caliente.

Consejo: Una forma de hacer esta receta más saludable es sustituir el litro de agua y la pastilla de caldo por un litro de caldo casero de pollo que tengamos reservado. Si tenemos un huevo duro, es otra forma de añadirlo. Lo dicho, ya no hay excusa para tener siempre a mano un caldito para entrar en calor.