Valentía como forma de vida

Desde Lopera, la joven Fátima Candelario partió en busca de nuevos retos y experiencias hace ya cuatro años. Su espíritu inquieto la llevó hasta Londres donde está dejando el nombre de su tierra en lo más alto

24 nov 2019 / 12:26 H.

En la muy noble villa de Lopera nació, hace ya tres décadas, Fátima Candelario Santiago, una niña que se crio entre las hermosas calles del municipio, donde desarrolló su espíritu inquieto y curioso, el mismo que la ha llevado a partir lejos de su tierra natal en busca de nuevos desafíos. “La idea de irme a Londres llevaba un tiempo en mi mente, pero nunca llegaba el momento adecuado. Finalmente, surgió un día cansada de la vida que llevaba sin encontrar una buena oportunidad laboral y decidí que igual en otro país podría tener una experiencia, aprender una cultura, conocer a muchas otras personas”, relata la joven. Sin darle muchas más vueltas, compró un billete, llenó la maleta de ilusión y dijo “see you later Spain” (hasta luego España). Para tranquilidad de los suyos, aunque partió sola, tenía una amiga allí que la orientó durante las primeras semanas, todo un lujo cuando dejas el calor del hogar para convertirte en una “forastera”.

Su intención, en un principio, era estar Londres un año para mejorar el inglés, trabajar y disfrutar de la experiencia “que al final es con lo que te vas a quedar” y después volver a España, pero de eso hace ya cuatro años. “Todos imaginamos un buen trabajo, cerca de la familia y amigos, pero por desgracia en esta vida no se puede tener todo así que había que arriesgar”, reconoce la de Lopera.

Sin embargo, su vitalidad y valentía no decaen, y aunque lejos de casa, Candelario se ha convertido en una gran profesional. “Trabajo para una consultora internacional en el departamento de atención al cliente, encargada de una planta de oficinas siendo el punto de contacto para cualquier problema o necesidad que tengan los clientes”, relata. Asimismo, describe su ritmo de vida en la ciudad como “intenso y agradable”: “Resido en una de las ciudades más cosmopolitas del mundo donde conviven personas de varias nacionalidades, etnias y religiones. Es una ciudad con un costo de vida muy elevado, sin embargo, la calidad de vida también es alta y los salarios están bastante bien pagados”.

Al mismo tiempo, reconoce que “los principios siempre son duros”, pues no se puede olvidar que dejar la tierra verde donde uno nació en busca de fortuna es solo apto para valientes que son el orgullo de la provincia, aunque esta no haya podido asentarlos en sus secanas tierras. “La adaptación al cambio de nuevas situaciones en las que tenía que modificar mi rutina y hábitos de vida fue complicado, esos altibajos durante el periodo de transición a una nueva cultura, pero al final acabas acostumbrándote solo necesitas tiempo y empezar a entender el sistema nuevo en el que vives”, sentencia Candelario. Una vez familiarizada con su nueva ciudad, asegura que lo mejor de estar lejos es “la experiencia de compartir tu día a día con otras personas de diferentes países” que, como ella, un día probaron suerte. Además, tiene claro que desde que se fue valora mucho más las pequeñas cosas.

En lo menos positivo siempre se sitúa la barrera del idioma, salir de la zona de confort y enfrentarte a nueva vida en otro país. Aunque, Fátima Candelario lo tiene claro cuando se trata de añoranzas, lo que más echa de menos es “el sol y la comida de mamá”. “Realmente, lo que más extraño es a mi familia y amigos, ojalá lo pudiéramos tener todo a la vez”, destaca, aunque parece que por el momento va a ser complicado, pues cuando mira al futuro la joven no tiene entre sus planes regresar a España pronto, aunque sí que intenta volver a Jaén siempre que puede para estar con su gente. Sobre dar el salto a otros países, aunque no descarta lugares como Australia, de momento parece que se siente cómoda en la ciudad del Big Ben. Desde el otro lado, en su tierra natal, sus paisanos no podrían estar más orgullosos.

referente provincial

“Espero que mi experiencia anime a aquellos jóvenes inquietos con ganas de explorar y conocer mundo, que no tengan miedo, que ese temor solo dura un rato y es fruto desconocimiento, de no saber a lo que te vas a enfrentar, pero ese mismo miedo te ayuda a superarte a ti mismo día a día y a lograr tus objetivos, siempre hacia delante como dirían aquí: Where there is a will there is a way, (si tienes ganas de hacer las cosas encontraras la manera)”. Así de contundente se muestra Fátima Candelario cuando se trata de hablar de su experiencia y de animar a todos aquellos jóvenes que, como ella, quieren explorar nuevos destinos y aprovechar al máximo cada momento. Para todos ellos, la loperana manda toda la fuerza y ánimo posible, porque si realmente se quiere, no hay barreras para los jiennenses que puedan frenar sus sueños, el mejor es ejemplo es esta encantadora joven.

destino perfecto

Londres es la capital del Reino Unido, situada a orillas del río Támesis, es un importante asentamiento humano desde que fue fundada por los romanos. Está considerada uno de los centros neurálgicos en el ámbito de las artes, el comercio, la educación, el entretenimiento, la moda, las finanzas, los medios de comunicación, la investigación, el turismo o el transporte. Para la loperana, Londres ofrece una gran diversidad de carreras y oportunidades en el ámbito laboral siempre que se “tengan ganas de luchar, vivir nuevas experiencias, sobre todo, apetezca explorar”. “Nunca un día es igual que otro, siempre hay algo que no conoces o algún lugar donde nunca habías visitado, la vida es muy corta y el mundo muy grande hay que disfrutar de esos momentos por lo que animo a todo el mundo que quiera dar este salto”, relata.

curiosidades que nos distinguen de los demás y nos hacen únicos y singulares
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Es imposible llegar a un país diferente y no sorprender a los nativos que te acogen, así como no protagonizar alguna que otra divertida anécdota. “Diría que lo que más les ha podido sorprender a los londinenses de nosotros es que tengamos dos apellidos, ya que aquí solo tienen uno y es siempre el nombre del padre el que conservan”, apunta Candelario, a lo que añade: “Para ellos era difícil entender lo del tema de los dos apellidos, especialmente al abrir alguna cuenta en el banco o rellenar cualquier tipo de formulario en el trabajo”. Sobre las anécdotas, asegura que “tiene muchas”. “Recuerdo que al principio para conseguir un número de teléfono con una compañía móvil en algunas no tenían tienda física, entonces se hacía por teléfono, mediante un contrato de voz confirmando los datos y el titular de la línea. Había que deletrear el nombre por teléfono y claro a los tres días de llegar deletrear por teléfono y en inglés tu nombre y apellidos pues fue complicado, por lo tanto ,me pusieron mal el nombre así que fui Faeima en lugar de Fátima un tiempo”, recuerda.

sIEMPRE CON UNA MOCHILA PREPARADA
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La joven de Lopera es lo que se dice una joven inquieta. En esta imagen aparece junto a su amiga y compañera de piso Marta, a la que define como “su gran apoyo”. Ambas se encuentran en Central Park, en Nueva York. “Teníamos muchas ganas de hacer este viaje”, confiesa Fátima sobre esta aventura.

sol, playa, sonrisa y buenas compañías
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En la imagen que acompaña a este texto, Fátima Candelario se encuentra en el puerto de Thessaloniki, perteneciente a Grecia, allá por el mes de septiembre. Junto a sus compañeras de vida, sus amigas, con las que suele viajar una vez al año, disfruta de nuevos destinos en los que siempre hay algo que aprender.

Grandes referentes desde la propia cuna
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Qué importante es tener buenos pilares que trasladen ricos valores. En eso, la loperana tiene bastante suerte, pues sus padres, Francisco y Jacinta, son sus mayores referentes y forman un gran familia. En la imagen está acompañada por ellos en Greenwich, subiendo la colina para llegar al Meridiano 0.

En la diversidad está el mejor resultado
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Elisabetta y Lisa (italianas), junto a Marta (catalana) y Fátima, loperana, forman un tándem único en lo que a diversión se refiere. Por ello, cuando se trata de compartir aventuras, no lo dudan ni un instante. En esta caso les tocó hacer parada en Tate Britain, Gran Bretaña, en la exposición de Van Gogh.