Pensamiento positivo

Es crucial tener la habilidad de centrarse en aspectos buenos y beneficiosos de cada situación, al objeto de transformar las poco ventajosas en productivas

07 may 2016 / 20:39 H.

A menudo, en el ser humano se presenta una tendencia a focalizar nuestros pensamientos en aspectos negativos de las situaciones, lo que nos presenta una serie de limitaciones a la hora de actuaciones y rendimientos. Un estilo explicativo pesimista, donde los aspectos negativos de las situaciones son atribuidos a cuestiones internas, estables y globales y los positivos a atribuciones externas, inestables y específicas, ha sido asociado al desarrollo de sintomatología depresiva.

La depresión no la podemos considerar únicamente como la presencia de emociones negativas, sino también como la ausencia de emociones positivas. De esta manera, características como la alegría, el optimismo, la creatividad, el humor o la ilusión han sido ignoradas o explicadas superficialmente.

Esta serie de aspectos han conducido a la búsqueda de la generación de esas emociones positivas, generadas por un estilo explicativo optimista, aplicado principalmente en la etapa de la adolescencia. El pensamiento positivo no debe ser entendido como la incapacidad para ser realista, sino que es simplemente tener la habilidad de concentrarse en los aspectos buenos y beneficiales de cada situación, de transformar una posición poco ventajosa en una productiva, y de esperar un resultado adecuado en cada ocasión. Diversos estudios realizados conducen a las conclusiones de que la búsqueda y entrenamiento en esos pensamientos positivos van a repercutir en aspectos tan importantes como la mejora de los síntomas depresivos, cambios en las atribuciones, consecuencias del estilo explicativo pesimista, satisfacción vital, satisfacción subjetiva y rendimiento académico en adolescentes.

Talleres realizados con adolescentes de solamente 5 sesiones han producido esos alentadores resultados. Algo sumamente importante en estas sesiones era el establecer unas expectativas realistas para cada uno de los adolescentes. El hecho de establecer un cambio hacia un pensamiento positivo no significa verlo todo de color de rosa, sino el poder establecer un enfoque realista de las situaciones.

Un aspecto importante de este entrenamiento era conseguir que el adolescente se diese cuenta de que el cambio de pensamiento le acarreaba tanto una satisfacción objetiva como subjetiva. Tras identificar los pensamientos negativos y pesimistas, se enseñaba a sustituirlos por otros más positivos y optimistas. Para ello, es importante que el alumno tenga conciencia del acontecimiento y el pensamiento negativo que este provoca, sus consecuencias emocionales y comportamentales. Una vez identificado podría ser sustituido por un pensamiento positivo, que acarreará unas nuevas consecuencias emocionales y comportamentales.

El cambio hacia esos pensamientos positivos ha contribuido a reducir una gran cantidad de síntomas depresivos en adolescentes, y a que estos se mantengan en el tiempo. Además, ha conseguido un aumento de la satisfacción vital del adolescente, así como su satisfacción subjetiva. El adolescente se siente muy satisfecho de participar en este tipo de entrenamiento, al darse cuenta de que lo aprendido puede aplicarlo en gran medida a su vida diaria. Consideran que comprenden mejor cómo los pensamientos negativos y los positivos influyen en los sentimientos y en la conducta.

En esta misma línea, entienden mejor lo importante que es establecer buenas relaciones sociales con compañeros y amigos, y que estos les han comentado que es más fácil relacionarse con ellos. Esto le acarrea al adolescente un aumento de autoestima que va a favorecer el afrontamiento de futuros retos, realizando estos convencido de que es capaz de afrontarlos con éxito. Otro aspecto de suma importancia, consecuencia de estos pensamientos, es la mejora en el rendimiento académico de los alumnos.

El alumno se siente más motivado, ha establecido una mayor red social, consecuencia de una interacción social más adecuada, lo cual le lleva a sentirse más cómodo con su rol de alumno. Estos entrenamientos enfocados al cambio de esos pensamientos negativos hacia un tipo de pensamiento positivo contribuyen de una manera muy notable a una mejora importante en la salud física y psicológica, acarreando al mismo tiempo una mejora importante en el rendimiento académico de los alumnos.