Bienvenido seas año 2020

La Nochevieja es una velada repleta de fiestas y cotillones en discotecas y pubs en todos los puntos de la provincia, donde los que más optan por salir tras las campanadas son los jóvenes

29 dic 2019 / 11:34 H.

De las 365 noches del año no hay ni una sola que supere a la última o la primera, según se mire, cuando se trata de celebrar. Y eso que hay que tener en cuenta que la jornada del 31 de diciembre es de lo más intensa desde primera hora. El almuerzo se destina a primos o amigos que han venido de lejos y con los que hay que aprovechar el mayor tiempo posible, aunque también los hay que prefieren la tranquilidad del hogar y optan por seguir la tradición, la que establece que el último día del año hay que comer lentejas si es que se quiere tener suerte en el siguiente.

La tarde para muchos es, como dirían los lagartos, “de enrea” en bastantes casos y es que hay algunos que prefieren llegar a la cena “a tono” para poder soportar los chistes del cuñado de turno, otros se lo pasan de preparativos, pues los festines de Nochevieja dejan alimentados los cuerpos para varios días y también los hay que dedican la tarde a terminar de preparar el traje o vestido con el que dejaran ensimismados a los presentes. El momento del banquete está marcado por las agujas del reloj, que corre en busca de la medianoche, del gran momento. Aunque la mayor parte de los españoles hayan degustado más calorías de lo que debieran, siempre hay que hacer hueco para esas doce uvas que marcan la tradición y que a pesar de los años nunca se sabe bien cuando hay que comenzar a tomarlas. Tras la comprobación de que nadie se ha atragantado en el intento y el protocolario brindis de bienvenida del año en el que se despide la primera década del siglo XXI, toca darse los últimos retoques antes de salir a “quemar las calles”.

La pregunta a partir de aquí es obligada, ¿qué hacen los jiennenses en Nochevieja? Miles de personas acuden a pubs, discotecas y cotillones en una velada larga que en muchos casos acaba con el amanecer y que, generalmente, suele ser bastante ruidosa, pero que sería de la primera noche del año si no se celebrara, especialmente por lo que pueda pasar en los siguientes doce meses. Los más fiesteros son, sin duda, los jóvenes de entre 18 y 30 años que aprovechan el día festivo para compartirlo con amigos y conocidos, mientras que los que ya peinan alguna que otra cana optan por planes más tranquilos. “Hay varias opciones, los jiennenses que tienen familia, especialmente niños pequeños, prefieren la tranquilidad del hogar, aunque muchos se trasladan a casas rurales de varios puntos de la provincia para pasar la velada alrededor de una chimenea entre risas y juegos. A las fiestas suelen acudir los jóvenes, aquellos que no tienen responsabilidades”, según relata el presidente de la Asociación de Bares, Restaurantes y Cafeterías (Asostel), Antonio Lechuga.

En el caso de las nuevas generaciones los lugares de encuentro suelen ser establecimientos ya preparados para este tipo de celebraciones, tales como salones de boda, discotecas y hoteles, más aún desde que la Junta de Andalucía estableciera una normativa por la cual se prohiben las fiestas en lugares no autorizados. Estos suelen ser naves o garajes que excepcionalmente pueden organizar estas velas, siempre tras pedir permiso al Ayuntamiento para que este otorgue una licencia.

En el caso de la capital, no son muchas las que se han demandado este año, de momento solo un par de ellas, según confirman fuentes municipales, pues la mayoría prefieren pagar una entrada en alguno de los establecimientos con amplias instalaciones, una forma de asegurarse también de que se cumplen con las normativas de seguridad. Además, los establecimientos cuentan con permisos para ampliar el horario de apertura, que en el caso de los pubs pasa de las cuatro a las cinco de la mañana y en el de discotecas y salones pasaría a ser hasta las ocho, ya que normalmente tienen permiso hasta las siete.

En cuanto a las fiestas en sí, desde Asostel mantienen que la capital “está un poco estancada”: “Los cotillones han evolucionado algo más en ciudades como Málaga o Granada, que tienen una oferta bastante más amplia, en nuestro caso las celebraciones siguen siendo como las de hace veinte años”. Para aquellos para los que sea su primera vez en la ciudad, deben saber que las personas que van a encontrar en las fiestas de fin de año son “lagartas”, es decir, no hay un gran flujo de visitantes que opten por pasar la noche en Jaén. “La mayoría de las personas que vienen son familiares y estudiantes, pero el turismo no sufre un gran repunto en la capital durante esa noche, quizás si sea más acusado en Úbeda y Baeza o en las zonas de sierra”, manifiesta Lechuga. Tampoco se sirven muchas cenas puesto que los jiennenses siguen prefiriendo pasar la noche con los suyos y salir tras las uvas. Sin embargo, esta época es una buena oportunidad para mejorar las cifras del sector, aunque para esta temporada no se espera una mejoría notable: “Nuestra predicción es similar a la del pasado año con un gasto medio que se mantiene, de entre 25 y 35 euros por persona”. Por último, Lechuga asegura que los jiennenses “son participativos y les gusta salir”, solo necesitan que “se mejore la oferta cultural y se amplíen las opciones”.

En el caso de otros lugares de la provincia como La Loma y sus alrededores, las opciones también son muy variadas. Uno de los lugares favoritos de los jóvenes que residen por la zona, especialmente entre los que tiene entre 20 y 30 años, es el cotillón que organiza el salón Aguasblanquillas, situado en Torreperogil, al que acuden cada 31 de diciembre alrededor de 1.200 personas. “Hasta ahora hemos vendido unas 800 entradas, aunque la última semana es cuando más se dispara la demanda, por lo que esperamos volver a completar aforo como en ediciones anteriores”, relata Carlos Díaz, propietario del establecimiento. Desde que comenzaran a ofrecer este tipo de celebraciones, el público siempre ha respondido con asistentes de múltiples lugares, como Úbeda, Baeza y el resto de municipios que componen la comarca, para lo que facilitan autobuses que los trasladan hasta los salones y, horas más tarde, de vuelta a casa. “Este año tenemos también más de sesenta visitantes de Quesada”, añade el metre. Todos ellos podrán disfrutar de la tradicional bolsa se cotillón, la conocida como recena y la música en directo. Además, como novedad, esta edición contará con dos Djs, uno de Úbeda y otro de Torreperogil, para que no falte el ritmo en toda la noche. “Los jóvenes llevan mucho tiempo esperando la Nochevieja, es una jornada para disfrutar de las vacaciones ya que muchos son estudiantes y para reencontrarse con los amigos, así como de intimar con personas de otros pueblos, por lo que el ambiente no puede ser más ameno y agradable e incluso terminan por contagiárselo al personal”, destaca.

Mucho que decir tienen también los propios jóvenes que se preparan para disfrutar de una noche “épica”, algunos incluso se estrenan en esto de los cotillones. Es el caso de Lorena Ruiz, que acaba de estrenar la mayoría de edad y va a asistir, por primera vez, a una fiesta de Fin de Año. “Todas mis amigas están muy ilusionadas ya que tenemos muchas ganas de pasar la primera noche de 2020 todas juntas”, cuenta emocionada. Porque, al final, lo importante, independientemente del lugar en el que se pase, es compartirlo con los seres queridos, disfrutar de una velada de risas y alegría y decirle al nuevo año, a 2020, que se afronta con la mayor de las expectativas y con ganas de disfrutarlo al máximo.

Consejos para una noche sin incidencias
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El servicio Emergencias 112 Andalucía, adscrito a la Consejería de Justicia e Interior de la Junta, realiza una serie de consejos y recomendaciones para contribuir a la celebración de fiestas y cotillones de Fin de Año seguros y sin sobresaltos, en los que se garantice la protección de todos los asistentes. De este modo, se aconseja afrontar las fiestas y encuentros navideños con responsabilidad, evitando conductas que entrañen riesgos y aplicando criterios de prevención en las celebraciones y reuniones que congregan a un importante número de personas, muchas de ellas jóvenes. Entre ellas, destacan una visita previa al local durante la que se compruebe que los recintos ofrecen los requisitos de seguridad exigibles, un uso responsable del alcohol para evitar peleas o situaciones indeseadas, además de conservar la entrada de la fiesta y los folletos publicitarios, si se dispone de ellos, ya que son esenciales en caso de que haya que presentar reclamaciones.