El verano de la berza arvense
Sierra Mágina, con “El verano”, de “Las cuatro estaciones” de Antonio Vivaldi

VÍDEO
Viento de verano. Masa ingente de aire caliente que asciende más allá de los cúmulos recios que pueblan el cielo de Sierra Mágina los primeros días estivales. Los tallos largos, resistentes y flexibles de la berza arvense, o collejón, se balancean como la batuta del director de esta orquesta barroca que traduce el calor y la tormenta a la que precede en un allegro non molto, la brisa en adagio y las siguientes escaramuzas antes de que vuelva a tronar en un presto.
Es tanta la diversidad natural de Jaén que sorprende al viajero con esta porción de tierra esteparia ibérica, ondulada, y un perfil de colinas en el horizonte. La primavera ha sido intensa y sus colores desafían la canícula. La berza arvense mantiene aún ese morado suave que ya va mudando a blanquecino. Al fondo, el verde del matorral y, sobre todo, el amarillo de las margaritas silvestres. El suelo, barnizado por el lodo, delata la última lluvia. Y esta berza, en semejante clima, es una planta camaleónica, adaptada a la degradación de un suelo muy nitrificado. Claude Monet hubiera firmado este cuadro.