José Manuel Lucía revela al Cervantes real: Dudas, pasiones y miedos
El Catedrático de Filología Románica en la UCM y presidente de la Red de Ciudades Cervantinas presenta su nuevo libro en el que despoja el mito y “muestra al hombre”
LA ENTREVISTA
José Manuel Lucía Megías es uno de los cervantistas más influyentes del panorama internacional. Catedrático de Filología Románica en la Universidad Complutense de Madrid y presidente de la Red de Ciudades Cervantinas, Lucía Megías propone con su nuevo libro “Cervantes Íntimo” despojar al mito y revelar al hombre. Rescatar al “Cervantes hombre”, con sus dudas, pasiones y contradicciones, no como estatua de bronce sino como persona de carne y hueso. De todo ello ha hablado con Diario JAÉN de cara a la presentación que tendrá lugar hoy, a las 20:00 horas, en los Baños del Naranjo.
—¿Cómo se gestó la presentación de este libro en los Baños del Naranjo?
—Bueno, pues como Jaén está en todas las redes cervantinas y mañana mismo iba a dar una conferencia en la Universidad de Jaén, nos pareció que era el momento ideal para organizar una charla, presentar el libro y comentar todo lo que es la figura de Cervantes en Jaén, que tiene tanta vinculación.
—¿Hasta qué punto es relevante el paso de Cervantes por Jaén para la Red de Ciudades Cervantinas?
—Sí, como comisario real de Abastos, efectivamente, estuvo en Jaén. Lo importante es esa vinculación, ese punto de partida, pero sobre todo lo que ahora tiene que hacer el Ayuntamiento de Jaén: fomentar la presencia de Cervantes, utilizarlo para crear actividades culturales y modelos de desarrollo.
—En Cervantes Íntimo aborda aspectos muy debatidos de la vida del escritor, incluso mitificados. ¿Qué buscaba destacar con este libro?
—Lo que me interesaba era rescatar y acercarnos al Cervantes hombre, al que vivió en los siglos XVI y XVII, escribió obras maravillosas y tuvo mil experiencias vitales. También quería mostrar cómo se han construido los mitos que lo han convertido en mármol y bronce: el soldado heroico, el cautivo ejemplar o incluso la supuesta homosexualidad, que es una construcción de los años 80..
—¿La estancia de Cervantes en Argel marcó realmente un antes y un después en su vida y en su obra?
—Lo que cambia en Argel es que la sexualidad es pública. En la monarquía hispánica, la sexualidad tenía una finalidad instrumental. En cambio, en el Mediterráneo, el deseo —heterosexual u homosexual— podía mostrarse en la calle. Eso sorprendía a muchos cautivos. Y sí, su estancia allí le cambia la vida: fue un eje vital que le permitió tener una visión más tolerante hacia el otro.
—Si Cervantes pudiera ver cómo lo imaginamos hoy, ¿qué cree que pensaría?
—Imagínese: verse convertido en estatua le halagaría un poco el ego, pero no le gustaría ser reducido a una sola mirada. Cervantes era poliédrico y tolerante; quizá preferiría que lo recordáramos como el hombre complejo que fue.