Una ciencia “alucinante”

La empresa Seguraventura organiza las III Jornadas de iniciación en el campo de la micología en la aldea de La Matea, de Santiago-Pontones, dirigidas por el instructor Benito de la Torre

10 nov 2019 / 12:25 H.

Micología, un mundo apasionante y digno de exploración. Con este término se denomina a la ciencia que se dedica al estudio de los hongos y, como en otras tantas áreas, la provincia de Jaén es rica en lo que se refiere a especies que se crían en sus prósperas tierras, con múltiples tipos. En el caso del término de Santiago de la Espada, existen más de 1.500 especies de las que solo unas pocas son comestibles. Con el objetivo de conocer algunas de las singularidades de esta área, durante este fin de semana, así como el que viene —15 y 16 de noviembre— se realizan dos ediciones independientes de Jornadas de iniciación a la Micología en la aldea de La Matea, en Santiago-Pontones. “Se trata de la tercera ocasión en la que las llevamos a cabo, aunque en 2016 y 2017 no se hicieron porque el tiempo no acompañó y había poca variedad”, manifiesta Benito de la Torre, el instructor de ambos encuentros.

La actividad, organizada por la empresa Seguraventura, tiene como objetivo “aumentar los conocimientos micológicos aportando unas nociones básicas a los participantes para que conozcan algunas de las variedades existentes, además de compartir unos días de convivencia y estar en contacto directo con la naturaleza”.

El lugar elegido no es una casualidad, pues la aldea de La Matea cuenta con un espacio acogedor y muy rico en especies de hongos donde desarrollar esta iniciativa es todo “un lujo”. El lugar elegido para las diversas actividades preparadas es “La Despensa del Berral”. Hasta allí se desplazarán una treintena de personas en ambos fines de semana procedentes de diversos lugares, como Granada, Murcia, Alicante, Castellón o Sevilla, lo que además supone una forma única de promocionar el bello parque natural. “Muchos de los participantes terminan por repetir en las siguientes ediciones en busca de nuevos conocimientos”, admite de la Torre, que se muestra encantado de poder ayudar a otros aficionados a la mitología como él. Días antes de comenzar con la programación, este instructor se traslada hasta La Matea para realizar un trabajo de investigación y comprobación del terreno y asegurarse de que zonas son las más óptimas para desarrollar los ejercicios preparados. “Creo que las jornadas van a ser muy fructíferas ya que es una buena temporada. La lluvia, aunque debe llegar en un buen momento y producirse de una forma regular, es beneficiosa para que broten los hongos, y las precipitaciones de los últimos días nos hacen prever que podremos encontrar mucha variedad”, manifestó de la Torre. Eso sí, específica que la floración de estas especies “va por zonas”, es decir, hay ocasiones que un territorio cuenta con muchos hongos y a la temporada siguiente no hay tantos.

Una vez que esté todo listo y los participantes lleguen a la hermosa tierra segureña comenzarán las actividades. En la tarde del viernes, la primera de las jornadas, se darán unas charlas en el secadero de jamones “La Despensa del Berral" en las que se abordará, entre otros asuntos, la importancia del papel de los hongos en el medio ambiente, su recolección sostenible, la prevención de intoxicaciones a través del conocimiento de las diversas especies tóxicas y mortales, así como el conocimiento de las setas comestibles más frecuentes en la Sierra de Segura. “Mi papel será la exposición de estas ponencias para que los asistentes tengan claro algunos conceptos básicos, no se trata tanto de aprender mucho, sino lo esencial para poder salir al campo y diferenciar unos hongos de otros, especialmente de aquellos que puedan ser mortales o producir algún tipo de intoxicación al consumidor”, relató el instructor.

Un día más tarde, en la jornada del sábado, a partir de las nueve de la mañana, se hará la salida al campo. “Es uno de los momentos más emocionantes, pues es donde más se aprende”, apostilló. Los inscritos irán a un lugar, previamente seleccionado por su variedad de especies, donde podrán recolectar y ampliar sus conocimientos “a pie de campo”, una experiencia más que recomendable para los amantes de la naturaleza y del buen comer. Ya por la tarde, de vuelta al secadero, se desarrollará la identificación de cada una de las setas recogidas, acompañada por una ficha propia y, a continuación, se expondrán las especies recolectadas.

Otro de los momentos más “deliciosos” del fin de semana llegará una vez que se hayan descartado las setas “no comestibles” y seleccionado el resto, pues habrá llegado el instante de la degustación. “Un cocinero de uno de los restaurantes de La Matea y La Parrilla cocinará las setas seleccionadas mediante varias recetas que compartiremos entre todos”, afirmó de la Torre. No serán los únicos productos, pues si la Sierra de Segura destaca por albergar parajes de destacable belleza, también lo hace por su exquisita y variada gastronomía, de la que podrán ser testigos todos los visitantes.

Las expectativas son bastante positivas en cuanto al terreno y a la participación, pues se espera lleno en ambos fines de semana. Por tanto, De la Torre se muestra convencido de poder superar, o al menos igualar, las especies localizadas en anteriores años. “En la primera edición se identificaron unas setenta especies, de ellas veinticinco comestibles. Por su parte, en las anteriores, recogimos 105 y de las un total de treinta eran comestibles”, comentó el instructor, encargado de impartir los conocimientos en todas las jornadas que se han desarrollado hasta la fecha.

Para muchos la micología es un área completamente desconocida, pero de ella se puede afirmar que ya existía en tiempos prehistóricos, incluso civilizaciones antiguas como la griega, romana e hindú, consideraban los hongos como alimentos sagrados. Asimismo, la micología tiene otra interesante faceta, la médica, que surge con el fin de tratar enfermedades provocadas en el hombre y algunos animales a partir del consumo o interacción con los hongos y que pueden causar desde la muerte hasta alucinaciones e intoxicaciones que provoquen una amplia variedad de patologías. El caso de la Sierra de Segura, destaca por su gran variedad de especies, hay 1.500 especies, de las que un centenar son comestibles. Sin embargo, según Benito de la Torre, “se dan muy pocas mortales, por el tipo de suelo, aunque si existen tipos que pueden causar intoxicaciones”.

Por otra parte, sobre el interés hacia “este mundo”, este experto manifiesta que en la provincia “no existe una gran afición como sí sucede en otras regiones de España como País Vasco o Cataluña”. “Estoy satisfecho porque la inclinación entre los jiennenses va en aumento y cada vez son más los que se afanan en aprender”, destacó, a lo que añadió: “En el caso de la Sierra de Segura hay muy buenos recolectores, expertos en la materia. Es por ello que “anima” a todos los amantes de la naturaleza y de este alimento a participar en unas jornadas de lo más enriquecedoras y, que nadie se preocupe, “hay personas que acuden a este encuentro sin ningún conocimiento”. Para todos ellos, el instructor Benito de la Torre tiene un mensaje: “La mitología es una materia apasionante que termina por encantar a todo el que la explora por lo que es muy probable que aquellos que vengas a las jornadas terminen por querer repetir”.

“La micología es una ciencia que absorbe”
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Benito de la Torres es pediatra de profesión y durante cerca de treinta años ejerció su profesión en el municipio serrano de Santiago de la España. Allí fue donde conoció la ciencia de la micología. “Los primeros años empecé a interesarme y aprender conocimientos básicos que poco a poco fueron en aumentos”, describe. Su curiosidad cada vez iba a más, pues según de la Torre: “Este mundo es absorbente y termina por atraparte, tanto que se convierte en una afición muy especial”. Es por ello, que en los últimos diez años ha potenciado su formación hasta convertirse en un experto, aunque él le quite importancia. De hecho, es el instructor de las jornadas que se realizan desde hace tres ediciones en la aldea de La Matea, donde se encarga de ofrecer nociones básicas a los asistentes. Además, ofrece charlas sobre el papel de los hongos en el medio ambiente, recolección sostenible, prevención de intoxicaciones y el conocimiento de las setas comestibles más frecuentes.