Un mundo por descubrir

En la Sierra de Segura existen más de 1.500 especies de setas, de las que solo algunas son comestibles. Además, las variedades son diferentes en otoño con respecto a la época primaveral

10 nov 2019 / 12:25 H.

El interesante mundo de la micología. Las setas son los esporocarpos, o cuerpos fructíferos, de un conjunto de hongos pluricelulares (basidiomicetos) que incluye muchas especies. Suelen crecer en la humedad que les proporciona la sombra de los árboles, pero también en cualquier ambiente húmedo y con poca luz. Algunas especies son comestibles y otras venenosas, e incluso existen varias con efectos psicoactivos. La infinidad de tipo existentes dieron lugar a la ciencia de la micología, como una de las áreas más extensas y diversificadas que aporta avances significativos a la investigación científica y al desarrollo tecnológico. La sistemática actual de los hongos reconoce las siguientes divisiones: Chytridiomycota, Ascomycota, Basidiomycota, Glomeromycota, Microsporida, Blastocladiomycota y Neocallimastigomycota.

Algunas de estas variedades se crían en la provincia, a la espera de ser rescatadas por jiennenses expertos que quieran degustarlas, aunque hay que tener cuidado pues, aunque los que saben aseguran que en el Santo Reino no hay una gran cantidad de especies venenosas y son más propias de otras regiones, en el caso de no contar con nociones básicas, se corre el riesgo de consumir una variedad tóxica que pueda producir diversas patologías, e incluso existen algunas comestibles que no “sientan bien” a todos los consumidores.

Precisamente con el objetivo de que aquellos a los que les gusta salir al campo en busca de “deliciosos hongos” nacieron las Jornadas de Iniciación a la Micología en la aldea de La Matea, en Segura de la Sierra, impulsadas por la empresa Seguraventura y de las que Benito de la Torre es el instructor. Precisamente este experto, que hace décadas que se dejó embriagar por este apasionante mundo, especifica las especies más comunes que se dan en la serranía, en la que se pueden llegar a encontrar más de 1.500 tipos. Estas son: Niscalos (Lactarius deliciosus y Lactarius sanguifluus), seta de cardo (Pleurotus Eryngii), Barbuda (Coprinus comatus), Champiñones (Agaricus), Parasol (Macrolepiota procera), Pie azul (Lepista nuda), Negrillas (Tricholoma terreum), Platera o de cañeja (Clitocybe geotropa), Llanega blanca (Hygrophorus Glyociclus), Llanega negra (Higrophorus latitabundus), Seta de chopo (Agrocybe cylindracea), Senderuelas (Marasmius oreades) y Russulas, entre otras.

Algunas de ellas son las que recogen los participantes en las jornadas bajo las indicaciones de la Torre, que previamente investiga los terrenos más apropiados. Tras la salida al campo, el grupo regresa hasta “La Despensa del Berral” en La Matea para clasificar cada una de las variedades seleccionadas y comentar algunas de sus características. Una vez descartadas aquellas que no son aconsejables para el consumo, preparan el resto para la gran degustación mientras el verde serrano sirve como enclave para un fin de semana perfecto. Otro dato importante a destacar es que las setas que afloran en la temporada otoñal, no siempre son las mismas que las que crecen durante la primavera. En la época de las flores las más comunes en la Sierra de Segura son las cagarrias (Morchellas) y la Seta de primavera (Calocybe gambosa).

Aquellos que entienden de micología saben de estas diferencias, pero para todos los que no, deben tener en cuenta que durante los encuentros, Benito de la Torre ofrece varias charlas en las que abordará asuntos de relevancia, tales como: la importancia del papel de los hongos en el medio ambiente, la recolección sostenible para causar el menor daño posible cuando se recolectan las especies, la prevención de intoxicaciones a través del conocimiento de las diversas variedades tóxicas y mortales y, en último término, el conocimiento de las setas comestibles más frecuentes en la Sierra de Segura. Tan interesantes son estas jornadas, que a ellas acuden interesados de diversas provincias, como Granada, Murcia, Alicante, Castellón o Sevilla, todo ello para aprender y disfrutar, al mismo tiempo, de uno de los grandes tesoros de Jaén.